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En medio de la inflación más alta que ha sufrido Puerto Rico desde la década del 1970, ahora se suma a la cadena de alzas nuevos aumentos en el costo de acarreo marítimo, en un país que importa el 97% de los bienes que consume.
Recientemente trascendió que la naviera Crowley cobrará un cargo por combustible en sus costos de acarreo marítimo que van desde $40 a $90 por contenedor. Mientras, su competidor Tote Maritime dejó la puerta abierta para revisar sus cargos a partir del mes de julio.
El aumento anunciado por Crowley entrará en vigor el 10 de julio de este año y aplicará a razón de $40 para los contenedores que viajan por la línea del sur del Atlántico (SAL, en inglés) y $90 en los contenedores que viajan a través de la línea del norte del Atlántico (NAL, en inglés).
La diferencia entre los aumentos se debe a que los costos del servicio del norte se calculan usando únicamente el gasóleo marino o diésel marino (MGO, inglés), que proviene del petróleo, mientras que para la línea del sur el cálculo se hace a base del MGO y del costo del gas licuado.
Más inflación, menos mercancía
Para el economista y profesor de la Universidad de Puerto Rico, José Caraballo Cueto los aumentos tendrán el efecto de reducir la cantidad mercancía que llega a la isla y encarecer el costo de vida.
“El efecto que va a tener este aumento de Crowley es que va a añadirse a la espiral la inflación que ya tenemos así que no se ve reflejado tanto en la escasez, porque la escasez ya existía antes también de este aumento, pero sí se va a reflejar en el ya alto costo de vida que tiene Puerto Rico”, argumentó Caraballo Cueto.
El economista insistió en que el problema de fondo no es el aumento anunciado por Crowley, sino la Ley Jones que obliga a Puerto Rico, al igual que a los estados, a utilizar una marina mercante con bandera de Estados Unidos.
Debido a que la Ley Jones es una medida que también aplica a los estados, planteó que Puerto Rico debe unirse a los otros sectores en Estados Unidos que también buscan la derogación de esta ley.
Para contrarrestar estos aumentos, Caraballo Cueto recomendó al sector privado a considerar importaciones de otros países, por ejemplo en la región de América Latina, y del lado del gobierno, eliminar el impuesto al inventario para las pequeñas y medianas empresas.
Crowley busca alternativas
Mediante expresiones escritas enviadas a El Nuevo Día, Crowley sostuvo que buscan alternativas más eficientes de proveer el servicio de transporte marítimo y que para ello, establecieron su propia instalación de refinamiento de gas natural licuado, combustible que utilizan sus barcos que viajan vía SAL.
“A medida que las tarifas fluctúan a nivel mundial, incluso en Puerto Rico, sentimos y entendemos los impactos en las personas y las empresas de la isla”, rezan sus declaraciones.
“Continuamos trabajando para operar eficientemente nuestro equipo para entregar de manera eficiente los materiales y la carga necesarios en este momento, y nuestra división de Energía abrió recientemente una nueva instalación de carga de GNL para respaldar la resiliencia energética de Puerto Rico. Con nuestra historia de casi 70 años sirviendo a Puerto Rico, estamos comprometidos con la actividad económica y el bienestar de la isla”, agregan.
Por su parte, Eduardo Pagán, vicepresidente y gerente general de Tote Maritime, explicó que el cargo por combustible se evalúa trimestralmente, pero no precisó si se dará un aumento en el periodo que comienza en julio. Sin embargo, explicó que los barcos de TOTE usan principalmente gas licuado, excepto cuando el barco baja de los 10 nudos de velocidad, que es sólo al entrar o salir del puerto.
“El bulk (volumen) de hacer negocios de un cliente con nosotros es precisamente la tarifa. Los sobrecargos ciertamente son un costo adicional pero no representan la mayoría de ese servicio”, dijo Pagán, y también explicó que las tarifas se mantienen fijas según establece el contrato y que el cargo por combustible puede tanto subir como bajar.
Impacto al bolsillo
Para Manuel Reyes, gerente de la Cámara de Mercadeo, Industria y Distribución de Alimentos (MIDA), el aumento de Crowley era de esperarse y se suma a otros aumentos que los colmados y otros negocios de la industria de alimentos están enfrentando por el aumento en el costo del petróleo.
“En todo lo relacionado al combustible pues es de esperarse, porque estamos afectados y todos estamos en la cadena y todos necesitamos combustible. Así que ha habido que hacer ajuste y que, desgraciadamente, es parte del problema de la inflación, que en última instancia pagan los consumidores”, dijo Reyes.
A su juicio, lo importante es que tanto las empresas como los gobiernos se aseguren de que estos aumentos no se vuelvan permanentes.
En cuanto a si este aumento podría abonar a la escasez de productos, el gerente de MIDA indicó que previo a que se dispararan los costos de combustibles ya había importadores que estaban prescindiendo de productos por el tiempo que tomaba procesar sus órdenes.
Mientras, José Ordeix, presidente del Grupo Unido de Importadores de Autos, reconoció que el aumento de los cargos por combustible responden a la situación inflacionaria actual, lo que terminará reflejándose en el costo de los autos.