Joan Laureano perdió su empleo en el 2008 tras la crisis inmobiliaria, momento en el que decidió dejar atrás su profesión como ingeniera eléctrica para dedicarse al diseño de joyería artesanal. Hoy distribuye sus prendas a seis compañías a nivel internacional que se encargan de venderlas en Estados Unidos, Europa y Latinoamérica.