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En Puerto Rico podrían estarse dando las condiciones para la “tormenta perfecta”, ya que en plena temporada de huracanes y con el disloque en la cadena de suministros debido al COVID-19, los faltantes en las góndolas de supermercados se mantienen al alza y, a ello se le suma el conflicto por las nuevas tarifas de los transportistas.
Manuel Reyes, vicepresidente ejecutivo de la Cámara de Mercadeo, Industria y Distribución de Alimentos (MIDA), indicó que toda la cadena a nivel global se ha dislocado desde que comenzó la pandemia, situación que inquieta a los integrantes de la industria, en momentos en que comenzó la época de huracanes en la isla.
“Hay embudos, falta de equipos, menos producción por falta de materias primas. Una cosa interrumpe la otra. Son muchas las razones que están afectando a la cadena. La preocupación es que se está provocando una escasez de productos”, advirtió.
Señaló que muchos de esos problemas globales generados como consecuencia del COVID-19, no están al alcance de Puerto Rico o de los empresarios locales resolverlos. Entre ellos mencionó el alza en los costos de fletes marítimos o la escasez de furgones. Lo que sí pudiera resolverse localmente es el tema del impuesto al inventario y el de las tarifas a los camioneros.
Sin embargo, lo más que preocupa a MIDA en esta coyuntura es que los supermercados tienen un 18% de faltantes en góndolas (“out of stock”) para este mes de junio, y la cadena de suministros continúa distorsionada. “Ese no es el escenario ideal para entrar en la temporada de huracanes”, dijo Reyes.
Ese porcentaje de faltantes hace recordar las semanas después del azote del huracán María, cuando los estantes en los supermercados lucían vacíos. El alto porcentaje de “out of stock” no es nuevo, ha sido un problema persistente en la industria de alimentos del país.
Hace casi una década, en el 2012, esa cifra era poco más de 14%, en el 2014 subió a 17.3%, en el 2017 previo a María estaba en 15%.
Y tan reciente como en agosto y septiembre del año pasado, los niveles de faltantes se elevaron, en promedio, a 21%, según la firma Professional Market Research. En contraste, en Estados Unidos se mantenía en 8%, un porcentaje al que Puerto Rico ha aspirado por años.
“Ahora, la cadena está finita. Tenemos la esperanza de que ese 18% mejore para la temporada alta en agosto y septiembre. Hay muchos problemas en la cadena de distribución, la escasez de furgones puede ser uno, pero nuestra principal preocupación hoy es la temporada de huracanes”, insistió el ejecutivo de MIDA.
Mencionó que su otra “gran preocupación” es qué pasará con los transportistas y la posibilidad de que decreten un paro general. Los camioneros han anunciado que hoy podrían convocar una asamblea permanente ante la posibilidad de que la Junta de Supervisión Fiscal (JSF) no apruebe el aumento en las tarifas que dictaminó el Negociado de Transporte y Otros Servicios Públicos (NTSP).
Por su parte, Hernán Ayala Rubio, vicepresidente de Operaciones de Luis Ayala Colón Sucrs., indicó que la demanda (de mercancía) está alta y el volumen de carga que está llegando a Puerto Rico no ha bajado.
“El mundo está tratando de hacer ‘catch up’ (ponerse al día). El problema es en el punto de origen de la mercancía. Pasa en Europa y en China, como los volúmenes de embarque están bien altos, se crea dificultad para conseguir vagones”.
Entre los meses de octubre de 2020 a enero de 2021, llegó a Puerto Rico, según Ayala Rubio, aproximadamente un 20% de carga internacional adicional a la que solía llegar para esos meses. “El volumen no ha bajado, normalmente bajaba en marzo y volvía a subir en julio, pero se ha mantenido más alto que otros años”, expresó.
Ese aumento en demanda ha hecho que algunas empresas tengan dificultad para sacar su mercancía, digamos de España o de China. “He recibido llamadas de clientes buscando ayuda para embarcar su mercancía, si no le dan ‘booking’, no la pueden embarcar”.
Hasta ahora, los barcos están llegando a la isla con su rutina normal, aseguró Ayala Rubio. Y los transportistas están recogiendo la mercancía con total normalidad, agregó.
Mencionó que otros puertos, como el de Los Ángeles, California no han corrido la misma suerte, allá ha habido ataponamientos para la entrada de barcos. Y es que la congestión en la puerta de entrada más concurrida de Estados Unidos para el comercio con Asia ha sido fuerte, y la media de espera para conseguir un puesto de atraque en mayo era de poco más de seis días. En abril la espera promedio era ocho días.