Camarillo, California— Las autoridades federales de inmigración informaron el viernes que arrestaron a unos 200 inmigrantes sospechosos de encontrarse ilegalmente en el país en redadas realizadas un día antes en dos sitios de cultivo de cannabis en California. Los manifestantes participaron en un tenso enfrentamiento con las autoridades en una de las fincas durante la operación.

El Departamento de Seguridad Nacional dijo en un comunicado que las autoridades ejecutaron órdenes de allanamiento criminal en Carpinteria y Camarillo, California, el jueves. Arrestaron a inmigrantes sospechosos de encontrarse ilegalmente en el país y también había al menos 10 niños inmigrantes en el lugar, según el comunicado.

Cuatro ciudadanos de Estados Unidos fueron arrestados por “agredir u oponer resistencia a los agentes”, dijo el departamento. Las autoridades ofrecieron una recompensa de $50,000 por información que condujera al arresto de una persona sospechosa de disparar contra agentes federales. Al menos un trabajador fue hospitalizado con heridas graves.

Durante la redada, multitudes de personas se reunieron afuera de Glass House Farms en la ubicación de Camarillo para exigir información sobre sus familiares y protestar por el cumplimiento de las leyes de inmigración. Se produjo una escena caótica afuera de la finca que cultiva tomates, pepinos y cannabis cuando las autoridades vestidas con cascos y uniformes se enfrentaron a los manifestantes. Un humo verde y blanco obligó a los miembros de la comunidad a retirarse.

Glass House, un cultivador de cannabis con licencia de California, dijo en un comunicado que los agentes de inmigración tenían órdenes válidas. La compañía dijo que los trabajadores fueron detenidos y está ayudando a brindarles representación legal.

“Glass House nunca ha violado a sabiendas las prácticas de contratación aplicables y no emplea ni ha empleado nunca a menores”, decía el comunicado.

Es legal cultivar y vender cannabis en California con la licencia adecuada. Los registros estatales muestran que la compañía tiene múltiples licencias activas para cultivar cannabis.

El viernes, unas dos docenas de personas esperaron afuera de la finca de Camarillo para recuperar los autos de sus seres queridos y hablar con los gerentes sobre lo que sucedió. Familiares de Jaime Alanis, quien ha trabajado recogiendo tomates en la finca durante 10 años, dijeron que llamó a su esposa en México durante la redada para decirle que habían llegado agentes de inmigración y que se estaba escondiendo con otros dentro de la finca.

“Lo siguiente que escuchamos fue que estaba en el hospital”, dijo Juan Duran, cuñado de Alanis, en español, con la voz entrecortada.

No quedó claro de inmediato cómo resultó herido Alanis. Un médico le dijo a la familia que otros que llevaron a Alanis al hospital dijeron que se había caído del techo de un edificio.

Alanis tenía el cuello roto, una fractura de cráneo y una rotura en una arteria que bombea sangre al cerebro, dijo su sobrina Yesenia, quien no quiso compartir su apellido por temor a represalias.

“Nos dijeron que no lo logrará y que nos despidiéramos”, dijo Yesenia, llorando.

El hospital no respondió de inmediato a las solicitudes de comentarios.

Después de que los agentes de inmigración llegaron a la finca de Glass House en Camarillo el jueves por la mañana, los trabajadores llamaron a sus familiares para informarles que las autoridades estaban allí. Familiares y defensores se dirigieron a la finca, a unas 50 millas al noroeste del centro de Los Ángeles, para tratar de averiguar qué estaba pasando y comenzaron a protestar afuera.

Las autoridades federales formaron una línea bloqueando el camino que conducía a través de los campos de cultivo a los invernaderos de la compañía. Se vio a manifestantes gritando a agentes que vestían equipo de camuflaje, cascos y máscaras de gas. El humo ondulante obligó a los manifestantes a retirarse. No estaba claro por qué las autoridades arrojaron los botes o si liberaron químicos como gases lacrimógenos.

Las autoridades de bomberos del condado de Ventura que respondieron a una llamada al 911 de personas que tenían problemas para respirar dijeron que tres personas fueron trasladadas a hospitales cercanos.

En la finca, los agentes arrestaron a trabajadores y los sacaron en autobús. Otros, incluidos ciudadanos de Estados Unidos, fueron detenidos en el lugar durante horas mientras los agentes investigaban.

El incidente se produjo cuando los agentes federales de inmigración han intensificado los arrestos en el sur de California en lavaderos de autos, fincas y estacionamientos de Home Depot, lo que ha provocado un temor generalizado entre las comunidades de inmigrantes.

El Departamento de Seguridad Nacional dijo en un comunicado el viernes que la investigación sobre inmigración y posibles violaciones de trabajo infantil en la finca está en curso. No se proporcionaron más detalles de las acusaciones.

La agencia dijo que cientos de manifestantes intentaron interrumpir las operaciones, lo que llevó al arresto de cuatro estadounidenses.

“Procesaremos con todo el peso de la ley a cualquiera que agreda o revele información personal de los agentes federales del orden”, dijo la secretaria adjunta Tricia McLaughlin en un comunicado.

El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas y el Servicio de Aduanas y Protección Fronteriza formaron parte de la operación, según el comunicado.

Familiares de otros trabajadores dijeron que recibieron llamadas similares el jueves. La madre de un trabajador estadounidense dijo que su hijo estuvo retenido en el lugar de trabajo durante 11 horas y le dijo que los agentes tomaron los teléfonos celulares de los trabajadores para evitar que llamaran a sus familiares o filmaran y los obligaron a borrar el video del teléfono celular de los agentes en el lugar.

La mujer dijo que su hijo le dijo que los agentes marcaron las manos de los hombres con tinta para distinguir su estatus migratorio. Habló con The Associated Press bajo condición de anonimato porque temía represalias del gobierno.

United Farm Workers dijo en un comunicado que algunos ciudadanos de Estados Unidos aún no han sido localizados.

María Servín, de 68 años, dijo que su hijo ha trabajado en la finca durante 18 años y estaba ayudando a construir un invernadero. Dijo que habló con su hijo, que es indocumentado, después de enterarse de la redada y se ofreció a recogerlo.

“Dijo que no fuera porque estaban rodeados e incluso había un helicóptero. Esa fue la última vez que hablé con él”, dijo Servín, ciudadana de Estados Unidos, en español.

Dijo que de todos modos fue a la finca, pero los agentes federales estaban disparando gases lacrimógenos y balas de goma y decidió que no era seguro quedarse. Ella y su hija regresaron a la finca el viernes y les dijeron que su hijo había sido arrestado el jueves. Todavía no saben dónde está detenido.

“Me arrepiento 1,000 veces de no haberlo ayudado a obtener sus documentos”, dijo Servín.