El gobierno federal retiró el sábado los cargos contra un cirujano plástico de Utah acusado de desechar vacunas contra el COVID-19, administrar inyecciones de solución salina a niños en lugar de la vacuna y vender tarjetas de vacunación falsificadas.

La fiscal general de Estados Unidos, Pam Bondi, dijo en una publicación en la plataforma de redes sociales X que los cargos contra el doctor Michael Kirk Moore, de Midvale, Utah, fueron retirados bajo su dirección.

Moore y otros acusados enfrentaban hasta 35 años de prisión tras ser acusados de conspiración para defraudar al gobierno; conspiración para convertir, vender, transferir y deshacerse de propiedad del gobierno; y complicidad en esos esfuerzos. Los cargos se presentaron cuando Joe Biden era presidente.

“El doctor Moore les dio a sus pacientes una opción cuando el gobierno federal se negó a hacerlo”, escribió Bondi. “No merecía los años de prisión que enfrentaba. Termina hoy”.

Felice John Viti, fiscal federal interino para Utah, presentó la moción el sábado, diciendo que “tal desestimación es en interés de la justicia”.

El juicio comenzó el lunes en Salt Lake City con la selección del jurado. Se esperaba que durara 15 días.

Los mensajes enviados al Departamento de Justicia de Estados Unidos, a la oficina de Viti en Salt Lake City y a Moore no fueron devueltos de inmediato el sábado a The Associated Press.

Un gran jurado federal el 11 de enero de 2023 devolvió una acusación formal contra Moore, su Plastic Surgery Institute of Utah Inc., otros asociados con la clínica y un vecino de Moore. La acusación alegaba que se destruyeron más de $28,000 en dosis de la vacuna contra el COVID-19 proporcionadas por el gobierno.

También fueron acusados de proporcionar tarjetas de registro de vacunación completadas fraudulentamente para más de 1,900 dosis de la vacuna a cambio de efectivo o una donación a una organización benéfica específica.

El gobierno también alegó que a algunos niños se les administraron inyecciones de solución salina, a petición de sus padres, para que los menores creyeran que estaban recibiendo la vacuna.

El secretario de Salud, Robert Kennedy Jr., un destacado activista antivacunas antes de convertirse en el principal funcionario de salud de la nación, publicó su apoyo a Moore en abril, diciendo en X que Moore “merece una medalla por su valentía y su compromiso con la curación”.

Durante sus audiencias de confirmación en enero, Kennedy se negó repetidamente a reconocer el consenso científico de que las vacunas infantiles no causan autismo y que las vacunas contra el COVID-19 salvaron millones de vidas.

En una publicación de seguimiento en X el sábado, Bondi dijo que la representante republicana de Georgia Marjorie Taylor Greene le llamó la atención sobre el caso.