Washington - El presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, está implorando a sus compañeros republicanos que dejen de ventilar sus frustraciones en público y le hagan llegar sus quejas directamente.

“Se van a enfadar por algunas cosas. Es parte del proceso”, dijo Johnson a los periodistas el jueves. “No me molesta. Pero cuando hay un conflicto o una preocupación, siempre pido a todos los miembros que acudan a mí, que no vayan a las redes sociales.”

Cada vez lo ignoran más.

Las grietas dentro de la conferencia del Partido Republicano se hicieron patentes esta semana cuando un miembro del propio equipo de liderazgo de Johnson le acusó abiertamente de mentir, los republicanos de base actuaron unilateralmente para forzar votaciones y un proyecto de ley respaldado por el liderazgo se tambaleó. Todo ello se ve agravado por la creciente preocupación de que el partido se encamine a perder la mayoría el año que viene.

“Sin duda, creo que la dirección actual y, en concreto, el presidente de la Cámara deben cambiar su forma de enfocar el trabajo”, dijo el jueves el representante republicano Kevin Kiley, de California.

Kiley, que se ha vuelto vocalmente crítico con Johnson después de que la campaña de redistribución de distritos a nivel nacional del GOP fracasara en California, dijo que el orador ha sido crítico con los republicanos de base, por lo que “tiene que estar preparado para aceptar cualquier crítica que venga con el trabajo.”

“Y creo que, por desgracia, ha habido sobrados motivos para la crítica”, añadió.

Legislador del Partido Republicano pregunta: ‘¿Por qué tenemos que legislar mediante peticiones de aprobación de la gestión?’

Durante la primera parte de 2025, Johnson mantuvo unida su escasa mayoría republicana en la Cámara para aprobar una serie de prioridades del presidente Donald Trump, incluido su plan de gasto masivo y recorte de impuestos.

Pero después de que Johnson mantuviera a los miembros fuera de la sesión durante casi dos meses durante el cierre del gobierno, regresaron ansiosos por trabajar en prioridades que habían estado atrasadas durante meses, y con la realidad de que su tiempo en la mayoría podría estar acabándose.

Primero fue una petición de aprobación de la gestión de alto nivel para forzar la votación sobre la divulgación de los archivos de Jeffrey Epstein, que tuvo éxito tras alcanzar el umbral de 218 firmas. Otros legisladores están lanzando más peticiones, un paso que solía considerarse una gran afrenta a la dirección del partido.

“La petición de aprobación de la gestión, creo, siempre muestra un poco de frustración”, dijo el representante republicano Dusty Johnson, de Dakota del Sur.

Otra petición de aprobación de la gestión de un proyecto de ley que derogaría la orden ejecutiva de Trump para poner fin a la negociación colectiva con los sindicatos federales alcanzó el umbral de firmas el mes pasado, con el apoyo de siete republicanos.

Y esta semana, la diputada republicana Anna Paulina Luna, de Florida, ha presentado una esperada petición de aprobación de la gestión de un proyecto de ley que prohíbe a los miembros del Congreso comerciar con acciones. Varios republicanos ya han firmado, además de los demócratas.

“Ansioso es lo que pasa cuando te pones nervioso. No estoy nerviosa. Estoy cabreada”, escribió Luna en las redes sociales a última hora del jueves, respondiendo a los comentarios de los líderes de que estaba demasiado ansiosa.

La diputada republicana Nancy Mace, de Carolina del Sur, firmó tanto la petición de Luna como la de divulgación de los archivos de Epstein. Ella dijo a los periodistas el jueves que expresó sus frustraciones directamente a Johnson en una llamada telefónica, y en lo que describió como “una carta profundamente personal, profundamente apasionada, que estamos legislando por petición de descargo”.

“Tenemos una mayoría muy ajustada, pero quiero que se codifiquen las órdenes ejecutivas del presidente Trump”, dijo Mace. “Quiero que se implemente su agenda. Por qué tenemos que legislar mediante peticiones de aprobación de la gestión?”.

El propio equipo directivo del portavoz Johnson va a por él

En el centro de las súplicas de Johnson para que los miembros le planteen sus preocupaciones en privado en lugar de en las redes sociales está la presidenta del liderazgo republicano de la Cámara de Representantes, la diputada por Nueva York Elise Stefanik.

Enfadada porque una disposición que ella defendió no se incluyó en un proyecto de ley de autorización de defensa, Stefanik tachó de “más mentiras del presidente de la Cámara” las afirmaciones de Johnson de que no conocía la disposición. En una serie de entrevistas con los medios de comunicación criticó a Johnson, incluida una con The Wall Street Journal en la que dijo que era un “novato político” que no sería reelegido presidente si la votación se celebrara hoy.

Johnson dijo a los periodistas el jueves que había tenido una “gran charla” con Stefanik la noche anterior.

“La llamé y le dije: ‘¿Por qué no vienes a verme?”. dijo Johnson. “Así que tuvimos un intenso compañerismo sobre eso”.

A la pregunta de si se había disculpado por llamarle mentiroso, Johnson respondió: “Um, eso pregúntaselo a Elise”.

La representante de Illinois Mary Miller emitió el jueves un comunicado en el que daba su apoyo a Johnson, afirmando que, aunque existen diferencias entre los miembros, “nuestra misión es más grande que cualquier individuo o titular.”

Los demócratas, que han tenido sus propias críticas al liderazgo, se han deleitado con el desorden del Partido Republicano. Los líderes republicanos de la Cámara de Representantes intentaron forzar la aprobación de un proyecto de ley respaldado por la NCAA para regular los deportes universitarios después de que la Casa Blanca lo respaldara, antes de que el apoyo dentro de las filas republicanas se desmoronara. Algunos legisladores del GOP señalaron que tenían mayores prioridades antes de fin de año.

“No es que el Congreso no pueda legislar, son los republicanos de la Cámara los que no pueden legislar. Son ellos los que no pueden legislar con claridad. Siguen adoptando el enfoque de ‘a mi manera o por la autopista’”, dijo el líder demócrata en la Cámara de Representantes, Hakeem Jeffries.

Hay malestar subyacente en el GOP por perder la cámara en 2026

Todos los ojos en la Cámara de Representantes de Estados Unidos estaban puestos en una elección especial el martes por la noche en un distrito de Tennessee que un republicano había ganado en 2024 por casi 21 puntos porcentuales, con Trump llevando el área por un margen similar.

Los republicanos esperaban que la contienda les ayudara a recuperar el impulso tras perder varias elecciones importantes en todo el país en noviembre. Los demócratas, por su parte, argumentaron que mantener la contienda reñida sería una señal de los fuertes vientos políticos que soplan a sus espaldas de cara a las elecciones legislativas del próximo año, que determinarán el control de ambas cámaras.

El republicano Matt Van Epps ganó finalmente por casi 9 puntos porcentuales.

“Creo que el hecho de que ese distrito, que hace un año ganaba por más de 20 puntos, se reduzca a nueve, debería ser una llamada de atención”, dijo el representante republicano Don Bacon, de Nebraska.

Argumentó que los republicanos necesitan “conseguir algún progreso económico, como inmediatamente”, y añadió que “el presidente y su equipo tienen que comprender” que los aranceles no están impulsando el crecimiento económico.

“Creo que van a tener que salir de su burbuja”, dijo Bacon refiriéndose a la Casa Blanca. “Salgan de su burbuja. Hay que mejorar la economía. Arreglen Ucrania y necesitamos un arreglo temporal de la sanidad”.

Bacon forma parte del creciente número de republicanos de la Cámara de Representantes que han anunciado que se retirarán después de esta legislatura. La representante republicana Marjorie Taylor Greene, de Georgia, declaró abruptamente el mes pasado que dimitiría en enero, citando múltiples razones, entre ellas que “la legislatura ha estado mayormente marginada” este año.

Esas jubilaciones se suman al desafío del Partido Republicano para mantener la Cámara, ya que el partido ahora debe defender más escaños abiertos. Los republicanos también han visto cómo una batalla de redistribución de distritos -desencadenada por la presión de Trump sobre los republicanos de Texas y luego en más estados- ha sido en parte contraproducente. En noviembre, los votantes de California dieron una victoria a los demócratas al aprobar un nuevo mapa del Congreso.

“Eso es vivir en un mundo de fantasía si se piensa que esta guerra de redistribución de distritos es lo que va a salvar la mayoría”, dijo Kiley, ahora en riesgo de perder su escaño tras la redistribución de distritos en California.

Y añadió: “Creo que lo que tendría un impacto mucho mayor es que la Cámara desempeñara un papel proactivo a la hora de presentar realmente una legislación que sea importante.”

___

Esta historia fue traducida del inglés al español con una herramienta de inteligencia artificial y fue revisada por un editor antes de su publicación.