Ciudadanos seguían en fila a la hora de cierre de colegios en la Universidad del Sagrado Corazón, en Santurce. (Antolín Maldonado Ríos)
La dinámica de las extensas filas cuando cerraron los colegios electorales se repetía en casi toda la isla. (Antolín Maldonado Ríos)
Braulio Emanuelli espera para votar en la Escuela Juan Antonio Corretjer, en Cupey. (Liz Sandra Santiago)
Así lucían las filas en la Escuela María Cadilla de Arecibo a la hora de cierre de los colegios electorales. (Carlos Rosa Rosa)
La escuela Adela Rolón Fuentes, en Toa Alta tenía unas enormes filas a la hora de cierre de la votación de los colegios a las 5:00 p.m. (Damaris Hernández Mercado)
Decenas de personas continuaban en fila para votar a las 5:00 p.m. en la escuela Adela Rolón Fuentes de Toa Alta. (Damaris Hernández Mercado)
En la escuela Adela Rolón Fuentes de Toa Alta, las filas ocupaban los dos niveles del plantel. (Damaris Hernández Mercado)
Al cierre de los colegios, más de 300 personas continuaban en fila a las afueras de la escuela Gabriela Mistral en Puerto Nuevo. (Dennis M. Rivera Pichardo)
Votantes en la escuela Gabriela Mistral en Puerto Nuevo esperaban a entar al colegio, a pesar de haber cerrado a las 5:00 p.m. (Dennis M. Rivera Pichardo)
Cientos de personas permanecían en turno para votar después que cerraron el Centro Comunal en Buena Vista en Humacao. (Carlos González)
Los pasillos oscuros de la escuela Superior Gabriela Mistral de Puerto Nuevo se encuentran abarrotados de ciudadanos esperando por votar. (Dennis M. Rivera Pichardo)
A pesar de la oscuridad, habían personas en fila a las afueras de la escuela Superior Gabriela Mistral de Puerto Nuevo. (Dennis M. Rivera Pichardo)
En la escuela Nueva Urbana, en el pueblo de Guaynabo, decenas de personas aguardaban en fila, ya caída la noche y cerrados oficialmente los colegios, para poder ejercer su voto. (Adriana Díaz Tirado)
Los electores no abandonaron la escuela Gabriela Mistral, de Puerto Nuevo, a pesar de la oscuridad en los pasillos. (Dennis M. Rivera Pichardo)
Los electores no abandonaron el colegio a pesar de la oscuridad en los pasillos. (Dennis M. Rivera Pichardo)