Tras el huracán María, cayeron muchos árboles que pudieron haber sido aprovechados como materia prima, pero terminaron en los vertederos
Tras el huracán María, cayeron muchos árboles que pudieron haber sido aprovechados como materia prima, pero terminaron en los vertederos
La silvicultura no suena a nada nuestro. Cultivar, cortar árboles, desbastar y preparar maderas nobles, trabajarlas, mercadearlas parecen sueños de industrias extrañas a nuestro país. Mencionar caoba, almendro, ausubo nos hace pensar en madera fina importada, imaginar hermosos doseles de bosques extranjeros, de países en donde sí se puede.
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