“Puede que no todos pasemos en nuestro primer intento la reválida, pero eso no nos hace ni peores ni mejores que nadie y, si ese es el caso, daremos lo mejor de nosotros para que, cuando llegue el día en que usted se pare frente a mí o alguno de mis compañeros buscando que aliviemos su dolor o el de algún ser querido, estemos preparados para servirle con dignidad, sabiduría y profesionalismo”.