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Apenas se aproxima el verano y las temperaturas han alcanzado cifras elevadas debido a olas de calor, que han provocado alertas meteorológicas. Y, aunque en Puerto Rico la población está acostumbrada a condiciones de calidez extrema, existen factores que hacen a algunas personas más propensas a experimentar efectos adversos e, incluso, sufrir complicaciones de salud relacionadas.
Profesionales de la salud consultados por El Nuevo Día coincidieron en que los altos niveles de humedad, la deshidratación, el uso de ciertos medicamentos recetados, las quemaduras y algunas enfermedades, como el cáncer o afecciones cardíacas, podrían incrementar el riesgo de tener complicaciones de salud provocadas por el calor.
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“Las altas temperaturas ambientales afectan a las personas física como mentalmente. Hay personas que son intolerantes al calor y se descompensan totalmente”, afirmó el doctor Raymond Sepúlveda Serra, director médico corporativo de salas de emergencias de la red de hospitales de HIMA San Pablo.
Aunque, en tiempos recientes, no ha tenido pacientes que padezcan condiciones extremas por las altas temperaturas, como los golpes de calor (“heat stroke”), Sepúlveda Serra recalcó que es importante entender los riesgos que podrían provocar las olas de calor en la salud.
Mencionó, a modo de ejemplo, que, a raíz de los altos índices de calor, las personas con presión alta pueden sufrir complicaciones. “Se puede subir la presión por dos razones: porque el calor les lleva a tomar más agua, por lo que retienen más agua, y, por el otro lado, se altera el flujo normal de sangre”, puntualizó.
Comentó, igualmente, que los retos de movilidad complican el panorama para personas obesas o encamadas, que pueden tener dificultad para salir a espacios abiertos o con mejor ventilación.
Sepúlveda Serra dijo, además, que los pacientes con condiciones renales que están bajo tratamiento de diálisis deben limitar la cantidad de agua que ingieren al día, pero, al mismo tiempo, cuando suben las temperaturas, les da mucha más sed. “Entonces, se descompensan porque tienen sed, y el calor los agobia. Cada una de las enfermedades puede verse afectada de una u otra manera”, señaló el emergenciólogo con 45 años de experiencia.
El doctor Pablo Méndez Lázaro, catedrático asociado en el Departamento de Salud Ambiental del Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico, planteó que el efecto de las olas de calor en la salud es multifactorial y comienza por los determinantes sociales.
“Los pacientes de cáncer son mucho más termosensitivos a altas temperaturas que lo que puede ser cualquier otra persona. En Puerto Rico, tienes miles de pacientes en tratamiento de quimioterapia y pues, por lo tanto, es sumamente importante considerar el calor como un componente de cambio climático que sí está afectando la población”, advirtió.
¿Qué es una ola de calor?
La ola de calor un fenómeno en el que las temperaturas se encuentran por encima de lo que pueden ser los valores normales esperados para cierta temporada del año.
“Luego que Puerto Rico reciba temperaturas sobre los 90 grados (Fahrenheit) en varios días o más, entiendo que se puede hablar de una ola de calor. Se sienten unos índices de calor de sobre 100 grados, por lo que puede haber una correlación con el incremento de enfermedades del corazón y otros padecimientos”, indicó el director de avisos del Servicio Nacional de Meteorología (SNM) en Puerto Rico, Ernesto Morales.
El índice de calor es cómo las personas perciben las altas temperaturas y varía dependiendo de las inclemencias del tiempo, la humedad y la velocidad del viento, entre otros factores, abundó.
Desde el paso del huracán Fiona, en septiembre, el SNM ha emitido dos avisos por calor extremo; el último, fue el 5 de mayo e impactó 27 municipios. “El índice de calor más alto que se reportó fue de 111 grados Fahrenheit, entre Arecibo y Vega Baja. Las condiciones perfectas para que esto ocurra es cuando vienen los vientos del sur, que son aires bastante calientes e impactan mayormente el área norte central”, comentó Morales.
De acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, en inglés), en Estados Unidos, mueren aproximadamente 618 personas cada año a causa del calor extremo.
Ojo con los más vulnerables
El médico internista Juan Avilés, del Hospital Pavía Santurce, en San Juan, resaltó que las dos poblaciones más susceptibles son los adultos mayores de 65 años y niños menores de 4 años.
“Cuando ocurren cambios en la temperatura, suelen ocurrir cambios adversos en su salud, mayormente si es un niño menor de 4 años porque todavía no tiene el sistema nervioso central 100% desarrollado, por lo que no tiene la capacidad de enfriamiento como lo tienen los adultos menores de 65 años. En los adultos mayores, su sistema nervioso comienza a deteriorarse”, explicó el galeno.
Además, indicó que, cuando se sobrepasan los 104°F, el cuerpo puede experimentar un golpe de calor, que se reconoce como la condición más adversa a la salud por las altas temperaturas. Esas circunstancias pueden provocar sudoración excesiva, mareos y taquicardia, entre otros síntomas.
“La población más vulnerable son niños, envejecientes, mujeres embarazadas y las personas que puedan tener alguna condición de salud que se exacerba por los episodios de calor, como enfermedades cardiovasculares, problemas respiratorios, hipertensión, obesidad mórbida, cáncer, personas que estén bajo tratamiento de quimioterapia”, enfatizó Méndez Lázaro.
Del mismo modo, las personas que trabajen bajo el sol, como los constructores o celadores, podrían estar mucho más en riesgo debido a su exposición ocupacional.
Méndez Lázaro, también miembro del Comité de Expertos y Asesores sobre Cambio Climático (Ceacc), explicó que la exposición ocupacional se refiere al nivel de peligro que tienen las personas que están expuestas al sol o una instrumentaría que los ponga en riesgo durante la jornada laboral.
“Las personas que, por ejemplo, arreglan las carreteras o trabajan al aire libre son personas que pueden estar más expuestas al calor. El calor es difícil de entender en Puerto Rico, porque gran parte de la población trabaja en lugares con aires acondicionados, pero hay que tener empatía social y reconocer que no todo el mundo tiene aire acondicionado, y esas son las personas en que nos tenemos que enfocar”, recalcó.
Recientemente, países como España han prohibido trabajar cuando haya alertas por de calor extremo por la Agencia Estatal de Meteorología para prevenir la muerte de personas que laboren al aire libre.
Mientras, Sepúlveda Serra también destacó los efectos de los rayos ultravioleta (UV), que pueden causar cáncer de piel. Las quemaduras o la insolación también pueden ser consecuencias de las olas de calor. Sobre ese aspecto, el emergenciólogo indicó que ha visto muchas quemaduras en los pies de pacientes que no se colocan protector solar en esa área.
Falta de política pública
El presidente del Colegio de Médicos Cirujanos, el cardiólogo Carlos Humberto Díaz Matos, señaló la falta de política pública para medir los efectos del cambio climático en la salud.
“No hay una política pública establecida que reúna todas las organizaciones de salud. Puede ser una iniciativa para empezar a educar a los médicos y todo el componente de la salud sobre los potenciales cambios a corto, mediano y largo plazo del cambio climático. Cada día, nos vemos afectados por estos cambios que van aceleradamente empeorando nuestra salud como pueblo”, expresó Díaz Matos.
En ese sentido, el investigador Méndez Lázaro adelantó que el Ceacc incluyó entre su plan, que se espera que esté listo este otoño, iniciativas para proteger la salud de los más vulnerables ante el calor extremo. Advirtió que se pronostica que las temperaturas aumenten en los próximos cinco años. Una de las iniciativas es que el Estado se asegure de tener más áreas verdes y con sombras en las ciudades.