El Santuario de Animales San Francisco de Asís (Sasfa) está en busca de una nueva sede, en una zona no inundable del suroeste de la isla, luego que el río Guanajibo se saliera de su cauce y llenara de agua parte del primer piso de sus instalaciones, en Cabo Rojo, como sucedió durante los huracanes María y Fiona.

“En los 16 años que llevamos, esta sería la tercera vez que una inundación mayor entra a las facilidades, pero con el cambio climático esto puede ser muy constante. Entonces, quisiéramos conseguir un espacio seguro, para no tener que sufrir todas estas ansiedades y miedos cada vez que viene un huracán o una tormenta”, sostuvo Dellymar Bernal, directora ejecutiva de Sasfa.

El espacio que buscan –donado o que esté disponible a un precio asequible para ellos– sería idealmente un lugar en el suroeste, con pocos vecinos que puedan incomodarse con los ladridos, principalmente llano para construir las áreas de juego y, sobretodo, que no ubique en una zona inundable.

Mientras tanto, las donaciones de recursos económicos y materiales, así como la disponibilidad de personas voluntarias, serán clave para reparar los daños provocados por el agua del río, que alcanzó los seis pies, en 2022, tras el paso del huracán Fiona.

Transcurrido el mediodía del jueves, el equipo pudo entrar a las facilidades a bordo de un “digger” o excavadora. Aunque no entró el agua a la edificación del Santuario, hubo daños en las verjas, área de juego para perros, los “catios” o espacios recreacionales para los gatos y un árbol caido que afectó un portón.

Para entrar al Santuario, fue necesario un equipo pesado que pueda avanzar pese a la corriente. Los “vehículos anfibio” de los municipios de Cabo Rojo y Hormigueros, que suelen apoyar a la organización en estas situaciones, se averiaron, por lo que pidieron la ayuda de empresas privadas que accedieron a colaborar.

Los animales del Santuario, que suman cerca de 200, están a salvo, pues fueron reubicados con las personas que respondieron al llamado de necesidad de hogares temporales y otros están en casas de empleados de la organización.

Los animales que tienen miedo a las personas o no son sociables estuvieron en el segundo piso del Santuario. Cuando sus cuidadores entraron, les recibieron con alegría, publicó la organización en su cuenta de Facebook.

El personal de Sasfa pudo entrar al edificio el miércoles al mediodía, alimentaron a los animales que permanecen en el centro, y les dejaron comida adicional para que no carecieran en lo que podían entrar.

“Nosotros salvaguardamos y protegemos a nuestros animalitos, están a salvo, y tan pronto sea seguro para nosotros entrar, así lo haremos. Ahora, necesitamos el apoyo de la comunidad para poder volver a funcionar”, puntualizó Bernal.

Quienes estén interesados en donar o ser voluntarios del Santuario, pueden acceder a sasfapr.org.