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Se espera que para la próxima campaña tabaquera, se siembren 2,000 hectáreas más que en la anterior temporada. (EFE)
Se espera que para la próxima campaña tabaquera, se siembren 2,000 hectáreas más que en la anterior temporada. (EFE)

La Habana, Cuba - La apuesta tradicional de Cuba por el tabaco y la caña de azúcar seguirá como uno de los focos tradicionales de la economía del país, a pesar de que la intensa sequía que vive la isla se ha convertido en un problema fundamental para la producción de ambos productos.

La prensa nacional publicó que la zafra azucarera de 2017 concluyó con un crecimiento del 20 por ciento con respecto a 2016, pese a las afectaciones que ocasionó la intensa sequía que sufre el 71 por ciento del país.

El vicepresidente del Grupo Azucarero Azcuba, Noel Casañas, explicó que las proyecciones se cumplieron en un 85 debido a la intensa escasez de agua.

“Esa situación fue la responsable de la caída del estimado de caña a moler y la reducción de su rendimiento agrícola, con su consecuente afectación en la productividad de los equipos de la cosecha y el transporte”, señaló.

Otros factores que incidieron en ese resultado, explicó el directivo,  fueron la falta de caña en los centrales -afectó en ocho por ciento la molida planificada-, así como la entrada de los recursos de importación y de producción nacional para las reparaciones, sin el tiempo suficiente que permitiera hacer las pruebas y ajustes de la maquinaria agroindustrial.

Casañas agregó que existieron problemas internos de Azcuba, como incumplimientos del transporte ferroviario e interrupciones eléctricas del sistema eléctrico nacional, que dejaron las proyecciones por debajo de los estimados.

Con respecto a los datos de la molienda, trascendió que 54 centrales -cuatro más que el pasado año- molieron en la zafra 2016-2017. De ellos, 42 produjeron más azúcar que el año precedente.

La rama de derivados de la caña de azúcar tuvo un buen comportamiento, destacándose la producción de alimento animal, renglón que se cumplió y creció 48 por ciento con respecto al 2016, con la producción de 199,000 toneladas.

Mientras, a pesar del problema que causa la sequía en Cuba, que tiene al 33 por ciento del país en estado severo de falta de lluvia, los planes de incrementar considerablemente las áreas dedicadas al cultivo del tabaco continúan, según el grupo empresarial Tabacuba.

Se espera que para la próxima campaña tabaquera, a iniciarse en octubre próximo, se siembren 20,970 hectáreas; 2,000 más que en la anterior temporada.

La idea es poder suplir la creciente demanda de las industrias cigarrera y del torcido.

De ese total, 19 000 hectáreas se ubican en Pinar del Río, considerada como la provincia mayor productora de la hoja en el país y donde se asientan las llamadas vegas de primera y segunda, que imprimen el sello de calidad a la hoja cubana.

La provincia occidental aporta además el 65 por ciento del total de la producción nacional, toda la tripa y el capote necesarios para la elaboración de los afamados habanos y la variedad “Burley”, empleada en las mezclas de las factorías.

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