CIUDAD DEL VATICANO — Al canonizar a la Madre Teresa el domingo, el papa Francisco elevará a los altares a una monja admirada en el mundo y galardonada con el Premio Nobel de la Paz, por su dedicación jubilosa a los "más pobres entre los pobres". Reconocerá la santidad de una mujer que se sentía tan abandonada de Dios que no podía rezar y a pesar de su sonrisa perenne decía sufrir los "tormentos del infierno".
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Santa a pesar de la “noche oscura”
Madre Teresa compartía no solo la pobreza material de los pobres sino también la pobreza espiritual de quienes sienten "el desamor y el rechazo"
Nota de archivo
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