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Te sorprenderá la razón: perrita recorre ocho millas cada noche en busca de alimento

Laira atraviesa zonas peligrosas para completar su misión al final de cada día

26 de julio de 2025 - 9:43 PM

Updated At

Actualizado el 26 de julio de 2025 - 9:45 PM

Laira, una perrita de Brasil que, cada noche, recorre unas ocho millas de caminos oscuros y zonas peligrosas para conseguir comida. (La Nación Argentina / GDA)

Ya no quedan dudas de que los perros son de los animales más fieles y leales hacia los humanos. Pero, a lo largo del tiempo, también, los canes han demostrado tener una enorme capacidad de empatía, solidaridad y entrega, por lo que muchas veces sus historias logran conmover.

Este es el caso de Laira, una perrita de Brasil que, cada noche, recorre unas ocho millas de caminos oscuros y zonas peligrosas para conseguir comida. Pero, no lo hace solo por ella o por sus cachorros: su objetivo es alimentar a sus compañeros de vida —gatos, gallinas y otros perros— que viven comunalmente en un depósito de basura en São Paulo, en Brasil.

Lairafue abandonada cuando era solo una cachorra en un depósito de chatarra y basura en São Carlos, interior de São Paulo, donde fue adoptada por Neile Vânia Antônio, dueño del lugar.

Laira, una perrita de Brasil que, cada noche, recorre unas ocho millas de caminos oscuros y zonas peligrosas para conseguir comida.
Laira, una perrita de Brasil que, cada noche, recorre unas ocho millas de caminos oscuros y zonas peligrosas para conseguir comida. (La Nación Argentina / GDA)

Allí convivió con otros perros, gatos, gallinas e incluso una mula, convirtiendo ese lugar en su hogar. Por ende, cuando nacieron sus ocho cachorros, la falta de alimento la impulsó a aventurarse por la ciudad en busca de comida.

Fue así como conoció a Lucía Helena de Souza, una profesora y defensora de animales que cada noche le ofrecía salchichas, arroz y legumbres. Esto marcó el inicio de una rutina que cambió su vida.

Todas las noches, Laira camina ocho millas para llegar al encuentro con Lucía Helena. Allí come un poco y luego agarra la bolsa atada de comida en su hocico y regresa al depósito de basura para llevar alimento para todos sus compañeros.

Lo sorprendente es que continúa haciéndolo como un hábito, ya que siguió incluso después de que sus propios cachorros fueron adoptados.

Sin lugar a duda, su espíritu solidario se convirtió en ejemplo: plantea una lección de generosidad incluso para los humanos.

En entrevista con Europa Press, Neile Vânia Antônio, quien adoptó a la perra, expresó: “Nosotros como seres humanos apenas compartimos cosas con otros. Un intercambio entre animales es una lección para todos nosotros”.

Lo sorprendente es que continúa haciéndolo como un hábito, ya que siguió incluso después de que sus propios cachorros fueron adoptados.
Lo sorprendente es que continúa haciéndolo como un hábito, ya que siguió incluso después de que sus propios cachorros fueron adoptados. (La Nación Argentina / GDA)

Laira conmovió a todos con su historia

Por su parte, Lucía considera que su encuentro con Laira es un compromiso mutuo: ella no viaja ni se ausenta porque la perra confía plenamente en ella.

La “rutina” de Laira nos recuerda que los lazos más fuertes no siempre vienen de la sangre, sino del amor y el cuidado genuino. Su historia, simple pero poderosa, deja en claro que la solidaridad y la empatía pueden cruzar cualquier frontera, incluso la de las especies.

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