

La otra persona que tú quieres ser
es como una peca en el firmamento,
un grano de arena en una playa.
Lo que buscas, no está en el otro.
Cuando miramos al Universo, somos
como una hormiga
tratando de descifrar a un ser humano
parándose sobre su piel
y adentrándose en el bosque de sus vellos.
La otra persona no puede darte
eso que buscas,
quien tú eres y lo que serás.
Esa es una danza —una conversación
íntima—
entre el Universo y tu corazón.
Sé tú. Todos los demás ya están cogidos.
Encuentra tu propio camino
para entender al elefante.
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