Delirios preelectorales
Las elecciones afectan de maneras extrañas. A unos los ponen en estado vegetativo persistente. A otros los dejan sin uñas de manos y pies. Y a algunos les sueltan el monstruo interior. A mí me ha dado con rumiar escenarios inquietantes, no solo para la noche del tres de noviembre sino para la mañana del cuatro.
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