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En leyendo the year of magical thinking de Joan Didion recuerdo la novela de Samanta Shweblin “Distancia de rescate”. Reproducirse no te lleva inmediatamente a Maternalia, reproducirse es tan sencillo como compartirse sin protección y eso lo puede hacer cualquiera con la cantidad correcta de deseo u otra razón que lleve al junte. Puede incluso ser forzado. Arribar a Maternalia es enfrentarte a la fragilidad demasiado aguda como para soportarla; la virtud de una madre y un padre es maquillar a toda hora ese destrino, canto a la inversa que tajea de chirridos como paper cuts todo aquello que entendemos por certeza o seguridad. La exuberancia de copiar tu ADN en otro ser que vendrá con la composición de quienes lo crearon en clave de dúo dinámico, es de los hechos más asombrosos de la ingeniería humana.
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