Hace años que este equipo ha estado amenazando con titularse en la NBA, pero por hache o por erre se han quedado a la vera del camino en el Oeste, conferencia minada por la calidad extensiva.

En 2015, por ejemplo, los Clippers contaban con un elenco inicial magistral: el armador Chris Paul, el escolta JJ Redick, el alero Jamal Crawford, el ala Blake Griffin y el centro DeAndre Jordan, más suplentes talentosos como Jeff Green, Austin Rivers y el veterano Paul Pierce, unido a la dirección de Doc Rivers, que está desde 2013 y también ha sido coach de Boston y Orlando.

Esta temporada, sin embargo, presentan una plantilla de ensueño: Kawhi Leonard, Paul George, Harrell Montrezl, Patrick Beverley, Landry Shamet y el pívot croata Ivica Zubak, y con reservas resolutivos: JaMychal Green, Maurice Harkless y Patrick Patterson.

Pero lo más importante no es solo el poderío ofensivo de Leonard y George, sino su obstinada y consistente defensiva: promedian 114.6 y permiten 107.5, estadísticas valiosas en todo el mapa enebeísta.

Lo único preocupante es la propensión de ambos a las lesiones: Leonard con tendinopatía en el cuádriceps con San Antonio en 2018, que solamente le permitió sudar el uniforme en nueve partidos, pero la campaña pasada se recuperó bastante y jugó sesenta veces, conduciendo a Toronto al cetro.

Entretanto, George se fracturó la pierna derecha en 2014 mientras practicaba con el Dream Team para el Mundial de España, y tardó en debutar con los Clippers al operarse ambos hombros y lleva ocho encuentros con gran eficacia en ambos canastos: 24.8 puntos, 5.9 rebotes, 4.0 asistencias, 1.8 robos y .935 en tiradas libres.

De no surgir un descalabro físico de uno de ellos u otros imponderables, se espera que los Clippers, reten a LeBron James y Anthony Davis, y disputen la final del Occidente frente a los Lakers. Mientras Milwaukee y Boston lucen favoritos en el Este.

Como botón de su contundencia, los Clippers le rompieron una cadena de cinco triunfos a Dallas en la American Airlines Center, 114-99, centrando su atención en Luka Doncic, quien a pesar de sus 22 tantos no atinó de tres en ocho intentos y los Mavs se desmoronaron con el resguardo asfixiante de los pupilos de Rivers.