Las escuelas públicas Montessori traen a la mesa una alternativa ágil y profunda que erradica la violencia en el presente, mientras ayudan a construir una generación distinta, de acuerdo con Ana María García Blanco
Las escuelas públicas Montessori traen a la mesa una alternativa ágil y profunda que erradica la violencia en el presente, mientras ayudan a construir una generación distinta, de acuerdo con Ana María García Blanco
Hace unos años, al salir de una escuela en una comunidad donde a unas calles de distancia operaba un punto de drogas, alguien me comentó: “estos jóvenes son suyos mientras estén en la escuela, pero si se salen serán del punto”. Esas palabras, que me calaron hondo, encerraban un mandato: nuestras escuelas no podían fallarles a nuestros estudiantes.
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