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Algunas de las quimioterapias que usamos para tratar el cáncer producen alopecia, un vocablo que usamos los médicos para referirnos a la caída del cabello. Alopecia es un término más erudito que calvicie, pero los pacientes se sienten igual de desolados, ya sean alopécicos o calvos. Ya una vez ha terminado la quimioterapia, gradualmente el cabello empieza a crecer y los pacientes a notar las canas. La pregunta obligatoria por parte de las mujeres cuando llega ese momento es: doctor ¿me puedo teñir el pelo? ¿Hay un color más peligroso que otros? ¿El tinte no me hará daño o me dará otro cáncer? Estas preocupaciones ni son nuevas ni son irrazonables.
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