Dentro de apenas 48 horas, los residentes de Puerto Rico tendremos un privilegio que, extraño como pueda parecer, no lo tienen la mayoría de los residentes del planeta: acudir a una urna y depositar el voto por las personas que queremos dirijan los destinos de nuestro país, con la confianza de que nuestra voluntad será respetada.
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A votar con ánimo y serenidad