Con solo once de sus 29 vertederos operando en cumplimiento con los requisitos de manejo adecuado que exigen las agencias reguladoras, Puerto Rico necesita establecer un plan maestro que aborde el problema de los residuos sólidos con la perspectiva del presente siglo: lo que antes se consideraba basura se reconoce hoy como un recurso reutilizable y posibilitador de empleos, salud y desarrollo sostenible.