Si hay un ejemplo de intelectual laborioso, orgulloso de sus principios y siempre inclinado a la profundidad en los argumentos —por lo tanto, intelectual comprometido— ese fue Arturo Echavarría Ferrari, fallecido en San Juan la madrugada del pasado martes, quien no deja como suele decirse un gran vacío, sino una estela rebosante de integridad académica.
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De luto la inteligencia, y en pie la Universidad
Nota de archivo
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