Toda la sociedad puertorriqueña tiene el ineludible deber de abrir los ojos ante la dolorosa realidad expuesta en este diario hace unos días de la enorme cantidad de adultos mayores, en todos los rincones del archipiélago, que, en los últimos días de sus vidas, han quedado desamparados y están viviendo, y muriendo, en el abandono.
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El abandono de ancianos es problema de todos
Nota de archivo
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