
Se adhiere a los criterios de The Trust Project
Un año y pico antes de que al barco le tocara zarpar, se había desatado la terrible tormenta. El que siembra vientos, cosecha tempestades, ha dicho más de uno y aquí habíamos sembrado para cosechas que ni botándolas se acaban. El mar, los vientos, las olas, bramaban como bestias heridas. Aun así, el capitán, joven e inexperto, pero muy arrojado, decidió zarpar. Nos metíamos mar adentro agarrados de las barandas y persignándonos. Más pronto de lo que se podía imaginar, el barco estaba haciendo agua.
Te invitamos a descargar cualquiera de estos navegadores para ver nuestras noticias: