En el libro de Álvarez Nazario, Arqueología Lingüística, dedicado a la memoria de Agüeybana el Viejo y su sucesor Agüeybana el Bravo, últimos caciques supremos del Boriquén indígena, encontramos valiosa información lingüística del arahuaco taíno. Y hoy le cuento lo que este investigador nos dice sobre el sistema básico de 5 vocales, registradas por el padre Breton allá para el siglo XVII (en referencia al arahuaco iñeri de la Antillas Menores). Las vocales /i/, /u/, /e/, /o/, /a/ se conservan “como legado taíno” nos dice, (después de todo, ya estaban aquí antes de que llegaran en carabelas las 5 castellanas, ¿o no?). El autor anota abuje, papaia, cemí y hobo [hóbu] > jobo. Mas no siempre fueron 5 vocales. Alvarez explica que las investigaciones modernas “permiten reconstruir un protoarahuaco continental” (la lengua del cual deriva la gran familia de lenguas arahuacas) que tuvo en principio 3 vocales. Estas vocales iniciales fueron la /i/, la /u/ y la /a/. De este trío, comenzó una vacilación entre la /u/ y la /o/ (se intercambiaban sin mayores consecuencias) y lo mismo con el sonido de la /i/ y la /e/. Alvarez, citando a Taylor, añade que, en el iñeri de las Antillas Menores, la /o/ y la /u/ correspondían al mismo fonema (el mismo sonido), en voces como Kókui y Kúkuiu (ambas significan ‘cierto insecto’). Lo anterior, junto a muchos otros ejemplos, apunta a que la pronunciación taína de /o/ en sílaba inicial desencadenaría dobletes como cocuyo/cucuyo. Con la /i/ fue similar, lo cual, explica Álvarez, llevó a Fernández de Oviedo a vacilar en la transcripción del topónimo Cibuco/Cebuco. AEIOU. ¿Latinas o Taínas?
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