Tenemos la responsabilidad de realizar un inventario de las ‘playas de agua dulce’ más frecuentadas, y al igual que las playas costaneras debemos exigir que se muestreen, escribe Carl Soderberg
Tenemos la responsabilidad de realizar un inventario de las ‘playas de agua dulce’ más frecuentadas, y al igual que las playas costaneras debemos exigir que se muestreen, escribe Carl Soderberg
En el 2001, la Junta de Calidad Ambiental (JCA) inició el muestreo sistemático de las playas más frecuentadas por los residentes de Puerto Rico. El muestreo se realiza con fondos provistos por la Agencia Federal de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés) cada dos semanas en 35 playas. Si se detectan niveles de enterococos sobre el máximo permisible, se alerta al público mediante partes de prensa que se transmiten por radio, televisión, la prensa escrita y las redes sociales. Además, en las playas se iza la bandera amarilla, indicativo que el agua está insalubre, y el personal del balneario notifica a los ciudadanos que acudan al balneario. Hoy día la responsabilidad recae en el Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA) luego que dejara de existir la JCA.
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