¿A quién conviene realmente el discurso de que lo material no tiene valor?, cuestiona Ana Teresa Toro
¿A quién conviene realmente el discurso de que lo material no tiene valor?, cuestiona Ana Teresa Toro
En una ocasión le pedí a mis alumnos que escribieran acerca de un objeto de su infancia que tuviese un valor emocional. Casi ninguno pudo identificar un objeto en particular. Me decían que no podían recordar algo que les hubiese durado suficiente tiempo entre las manos como para encariñarse. Decían que su relación con lo material no era así. Las fotos eran digitales, los juguetes se cambiaban constantemente, al igual que muchos de los objetos que había en sus hogares. Intenté el mismo experimento en otros grupos de estudiantes, hasta que fui identificando un patrón que atribuí al capitalismo salvaje que todo lo ha vuelto reemplazable. Hoy día todo se gasta, se agota, incluso aquellas cosas y marcas cuyo prestigio emanaba precisamente de su capacidad de trascender el paso del tiempo. La perdurabilidad, en estos tiempos, ha pasado de moda.
Te invitamos a descargar cualquiera de estos navegadores para ver nuestras noticias: