Si Saab habla, lo que saldría de su confesión sería nada menos que el más grande desfalco cometido en la historia, teniendo como palanca el hambre de millones de personas, escribe Miguel Henrique Otero
Si Saab habla, lo que saldría de su confesión sería nada menos que el más grande desfalco cometido en la historia, teniendo como palanca el hambre de millones de personas, escribe Miguel Henrique Otero
En Radio Nacional de Venezuela, en Venezolana de Televisión y en decenas y decenas de emisoras distribuidas por el territorio nacional, todas propiedad o bajo el control del régimen, durante meses, en numerosos programas –muchos de ellos conducidos por fanáticos, enchufados e ignorantes– estuvieron repitiendo, sin cesar, una secuencia de mentiras: 1. Que Alex Saab es un luchador político revolucionario. 2. Que ejercía funciones diplomáticas a favor de Venezuela. 3. Que había sido secuestrado por el imperialismo norteamericano y que su detención estaba asociada al bloqueo y la guerra económica. 4. Que se le pretendía castigar por su condición de revolucionario y por su compromiso con Venezuela y “con el legado del comandante eterno, Hugo Chávez Frías”. 5. Que la presión internacional, la solidaridad de los pueblos del mundo, haría posible su pronta liberación. Todavía más: un vocero del PSUV dijo en junio que ya tenían preparado “el acto del pueblo”, con el que lo recibirían a su regreso a Venezuela, puesto que la liberación era “inminente”.
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