Les suplicamos a los dirigentes del país a optar por utilizar el poder que les cedemos con humildad y honestidad, sobre todo, para beneficio de todas y todos para irle poniendo fin a las crucifixiones de los pueblos, escribe Eunice Santana Melecio
Les suplicamos a los dirigentes del país a optar por utilizar el poder que les cedemos con humildad y honestidad, sobre todo, para beneficio de todas y todos para irle poniendo fin a las crucifixiones de los pueblos, escribe Eunice Santana Melecio
El proyecto de dominio sobre la Tierra emprendido por los seres humanos sucumbió en una enorme crisis antes de finales del siglo pasado. Con toda claridad pudimos ver que las relaciones económicas y las estructuras del mundo estaban marcadas por las injusticias y la marginalización de gran parte de los pueblos del planeta. La avaricia y la ambición por el llamado progreso condujeron al abuso del poder al menospreciar a la naturaleza, convirtiéndolo todo en mercancía a ser explotada y manipulada al antojo de los humanos. Los recursos naturales han sido saqueados como si fluyeran como fuentes inagotables, manejándose como propiedad privada de quienes puedan apropiarse de ellos por cualquier medio, incluyendo a través del uso de la fuerza.
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