

La muerte es el misterio más significativo que afecta al ser humano. Todos los animales, incluyendo al hombre, habremos de morir; no se sabe cuándo. Los creadores de la Constitución norteamericana no pudieron anticipar que una enmienda de libertad pudiera adelantar la muerte de un gran número de ciudadanos. Eso es precisamente lo que ha ocurrido en el estado de Nueva York. El 18 de marzo de 2020 el gobernador Andrew Cuomo decretó un estado de emergencia ante la pandemia de COVID-19 y el gran número de muertes que estaban ocurriendo en Nueva York. Varios meses más tarde, Cuomo emitió una orden ejecutiva para limitar el número de personas que podían asistir a reuniones, incluyendo servicios religiosos. La diócesis católica de Brooklyn entabló una demanda en contra de Cuomo por alegada violación a la libertad de religión garantizada en la Primera Enmienda de la Constitución.
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