En la Primaria Extendida veremos un voto castigo como nunca. El pueblo aguanta, pero no tanto, escribe Héctor Reichard
En la Primaria Extendida veremos un voto castigo como nunca. El pueblo aguanta, pero no tanto, escribe Héctor Reichard
Una primaria abortada; un vacío de poder; rampante ineptitud; usurpación de poderes; votos emitidos sin custodiar; un pueblo que soporta: ¿Cuál es la salida para proteger el derecho fundamental al voto ya emitido y los que faltan por emitir? ¿Vale el voto del domingo igual que el voto del que vote en la Primaria Extendida? Si yo hubiese sabido qué calidad de algunas personas que estaban en la papeleta del pasado domingo; si hubiese sabido qué falta de conocimiento, integridad, buen juicio y compromiso con la democracia tenían —cosa que los que voten próximamente van a tener de primera mano– los responsables de la bofetada que le dieron a la democracia, mi voto, al igual que el de probablemente muchas personas, fuera otro.
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