La experiencia política puertorriqueña de este último tiempo invita añoranza de pasado… dar frenazo y retroceder. Puerto Rico no se merece esto que se le ofrece, escribe Orlando Parga
La experiencia política puertorriqueña de este último tiempo invita añoranza de pasado… dar frenazo y retroceder. Puerto Rico no se merece esto que se le ofrece, escribe Orlando Parga
Sorprende la sorpresa en el rostro de los jóvenes cuando les relato en mis charlas y conferencias la costumbre que tuvieron los partidos políticos a comienzos de siglo XX, enviando una delegación a la sede de la asamblea del partido adversario para desearle éxito en sus deliberaciones. ¿Suena absurdo? ¿Desear éxito al otro partido que quieres derrotar? Sin embargo, fue un gesto de cortesía que describe la civilidad democrática que hemos perdido. Cuando la mesa presidencial anunciaba la presencia de la comisión adversaria con su saludo y buenos deseos, se manifestaba a los participantes que, entre todos, se constituye una comunidad democrática en la que por diverso camino se aspira y lucha por el bien común.
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