

Según el último censo, la población de personas adultas en Puerto Rico de 60 años o más aumentó a 888,786 en comparación de 710,075 del 2010, y simultáneamente hubo una marcada disminución poblacional, cuyos motivos principales son la baja natalidad y la emigración excesiva hacia los Estados Unidos. Esto representa un aumento desproporcional de adultos mayores, con altos índices de pobreza. Nuestro Puerto Rico se está poniendo viejo. Y lo más preocupante es que la cultura del descarte, como denuncia el Papa Francisco en Laudato Si #22, tiende a invisibilizar esta dramática realidad.
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