La defensa de los privilegios patriarcales no quiere que descubramos su cara violenta y aplastante en Puerto Rico, escribe Ana Irma Rivera Lassén
La defensa de los privilegios patriarcales no quiere que descubramos su cara violenta y aplastante en Puerto Rico, escribe Ana Irma Rivera Lassén
Todavía hay personas que piensan que no hay que hablar de feminicidios, que los asesinatos de todas las personas se llaman de la misma manera. Cuando usted no quiere reconocer un problema lo esconde debajo del discurso de la neutralidad. El problema es que la neutralidad no existe cuando se habla de relaciones de poder en la sociedad. Cuando se dice, por ejemplo, las vidas negras importan, hay quienes dicen todas las vidas importan. Claro que sí que todas importan, pero lo que se está destacando es que hay personas asesinadas por ser afrodescendientes, por el racismo y por la discriminación. El reclamo es que esas muertes se investiguen como producto de ese odio racista y que además la sociedad reconozca el racismo y avancemos aún más en combatirlo con educación antirracista. Si hablamos de relaciones de poder y género, entonces veremos que hay que hablar de los feminicidios y transfeminicidios y de la ideología patriarcal que los encubre y quiere negarlos. La defensa de los privilegios patriarcales no quiere que descubramos su cara violenta y aplastante.
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