

La certificación de un candidato a gobernador de Puerto Rico con solo el 32.70% de apoyo es casi antidemocrática. El 67.30% de los electores no votaron por el candidato electo y así no funciona una democracia. Otro factor muy importante es que solo el 52.24% de la población participó en esta elección. Asimismo, pudimos presenciar la reducción del apoyo a la estadidad, que obtuvo 52% comparado con el 2017, cuando obtuvo el 97% de apoyo. Más aún, casi 40 mil papeletas fueron echadas en blanco, lo que significa otro rechazo a la estadidad, no significa un mandato absoluto.
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