

El asunto de LUMA es más complicado que un contrato malo que pone en manos de empresa privada foránea la administración del monopolio gubernamental creado para servicio esencial a los habitantes de nuestro territorio insular. Hay algo más que prevaricación y torpeza en la forma y método de transformarlo a ente privado y reubicar unos 4,000 empleados públicos de la Autoridad de Energía Eléctrica. Ese trauma emocional cruelmente ocasionado el 1ro. de junio pasado, impone preguntarse: ¿Habrá un cambio radical en la ideología social del principal partido político de Puerto Rico?
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