En toda América Latina es cada vez más común que el ciudadano observe a sus dirigentes bajo el prisma de la sospecha, con criterios de recurrente negatividad, escribe Miguel Henrique Otero
En toda América Latina es cada vez más común que el ciudadano observe a sus dirigentes bajo el prisma de la sospecha, con criterios de recurrente negatividad, escribe Miguel Henrique Otero
Sostiene el estudio de Latinobarómetro correspondiente a 2021 que, en promedio, casi la mitad de los latinoamericanos (48%) “no suele expresar sus opiniones sobre los problemas del país”. El cuadro va de Chile (19%), donde hay menos miedo, a Nicaragua (67%), donde el miedo es más extendido. Este dato, más allá de las especificidades de cada uno de los países, y de las diferencias estadísticas entre uno y otro, es revelador: pone de bulto el estado de indefensión en que vive una parte muy grande de la población del continente: temen a la desmesura de los poderes, a sus reacciones y posibles represalias. Imponen, especialmente las dictaduras y los regímenes autoritarios, con su tradición de desmanes, formas de censura y autocensura.
Te invitamos a descargar cualquiera de estos navegadores para ver nuestras noticias: