Por las parrafadas que soltó, algunas de ellas confusas, oportunistas e inextricables, es evidente que Alexandria Ocasio-Cortez no tiene con qué respaldar sus promesas o teorías. De donde no hay, no hay, escribe Mayra Montero
Por las parrafadas que soltó, algunas de ellas confusas, oportunistas e inextricables, es evidente que Alexandria Ocasio-Cortez no tiene con qué respaldar sus promesas o teorías. De donde no hay, no hay, escribe Mayra Montero
Las respuestas de la congresista Alexandria Ocasio-Cortez a la entrevista que le hicieran esta semana en El Nuevo Día recuerdan esos diálogos que se dan en las heladerías, cuando el empleado le pregunta al cliente si le añade algo a la bolita de mangó, y este pide que le pongan “whipped cream”, nueces picadas, raspas de chocolate, un puñadito de M&Ms y dos o tres cherries. No una, sino dos o tres.
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