El perfil de aquel ángel salvador contrastaba dramáticamente con el del político acusado de violencia de género y hostigamiento sexual al que venía a sustituir. Él, con cara de niño bueno, él otro, un viejo dañao, como diría Susa el personaje de comedia. La moral de mi pueblo estaba por el piso y quién mejor que un político creyente para levantarla. Fue de invitado a mi programa de televisión para una entrevista y le pedí que cantara al final, pues me habían dicho que entonaba muy bien. Me aclaró que no podía interpretar nada secular pues sólo le cantaba al Señor, y así lo hizo. Cuando mi padre y mi madre celebraron su aniversario de diamante, el ángel se apareció en nuestra casa con palabras de inspiración y cánticos de alabanza. Para redondear el perfil perfecto, estaba casado con una jueza, fiel cuidadora de las leyes y la justicia.
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