Rutas claras para combatir la antracnosis del café en Puerto Rico
En el campo, el refrán “éramos muchos y parió la abuela” aplica a todas las situaciones que de una manera u otra saturan el diario vivir en nuestra isla, particularmente a nuestra agricultura.
En el renglón del cultivo de café, las plagas de la Roya y de la Broca, el huracán María y sus primos “tumba to”, El PUA y la merma de manos boricuas para el cafetal, la venta de café extranjero como boricua y la importación de obreros para ayudar a recoger la que se perfila como una de las cosechas más abundantes de los últimos años son solo parte de una extensa lista de retos. Y cuando creímos que ya eran suficientes los desafíos, una nueva cepa de un hongo que ya existía en algunos cafetales resurge más fuerte y agresiva.
El hongo Colletotrichum coffeanum es el causante de la antracnosis del café y como todo en la fauna cafetalera puede confundirse con otros de la misma familia como el CBD o Colletotrichum kahawae, que se “especializa” en atacar a los frutos más jóvenes del cafeto cuya edad es alrededor de las 2 a 17 semanas, tempranito en la producción. La diferencia fundamental es que su primo Colletotrichum coffeanum afecta toda la planta y las pérdidas son casi catastróficas.
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Mira los granos de café con antracnosis
El caficultor puertorriqueño ha tenido que luchar constantemente con diversidad de ataques contra sus cosechas. En medio de esos desafíos, por más enemigos que vengan, como un genuino soldado “boina verde”, más bien “pava verde”, su misión inquebrantable es la conservación de esa sangre que desde la mitad del año 1700 ha corrido por nuestras venas, puya o con azúcar.
La receta para combatir estas enfermedades del cafetal es tomar cuidado de esos pacientes monitoreándolos, visitando sus vecinos saludables, utilizando esa alimentación foliar que tanto les gusta, su dosis de buenos fertilizantes y sus bañitos de cobre para combatir el hongo intruso que nos quiere agriar la vida, ahora, justo cuando estamos contentos de tener, por fin, una buena cosecha.
Por ello, es importante consultar a los expertos de la Estación Experimental y del Servicio de Extensión Agrícola para recibir buena orientación tecnológica sobre cómo es la mejor manera de que estos intrusos no nos dañen el cafetal.
A nosotros los caficultores de Puerto Rico nos toca preservar todos los atributos de nuestro café. Ya le ganamos la batalla a la Roya y a la Broca, pero es asunto de vida o muerte ganarle también a esta nueva amenaza que nos quiere dejar sin el aroma que acompaña a nuestra sangre.
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