Estamos cambiando nuestras ideas falsas sobre las mujeres, los negros y la sexualidad. Hay que añadir a esa lista el edadismo para que todos nos hagamos conscientes y actuemos ante este discrimen que afecta a todos, dice Silma Quiñones Roldán
Estamos cambiando nuestras ideas falsas sobre las mujeres, los negros y la sexualidad. Hay que añadir a esa lista el edadismo para que todos nos hagamos conscientes y actuemos ante este discrimen que afecta a todos, dice Silma Quiñones Roldán
Después de los 50 no se te puede olvidar un nombre, ni dónde dejaste las llaves, ni la cita médica, porque automáticamente te dicen que estás teniendo un “senior moment”; “te estás poniendo viejo”. Si tardas en contestar, no es que estás pensándolo con calma y ponderando cómo contestar mejor, sino que ya tu mente está “patinando”. Todos estos son estereotipos falsos, que se repiten tanto que se dan por ciertos. Tan es así que no solo creemos que muchos adultos mayores están con una mente deteriorada por la edad, sino que cuando pasamos los 50 nos creemos menos capaces. Si piensas que la edad es la razón del olvido del nombre de un amigo, probablemente piensas que estás lento, que no puedes organizarte como antes y que no eres tan capaz mentalmente.
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