El acuerdo con el Departamento de Energía federal es una oportunidad única en una generación para encaminar bien un sistema energético que responda a las necesidades de Puerto Rico, escribe Carlos A. Velázquez López
El acuerdo con el Departamento de Energía federal es una oportunidad única en una generación para encaminar bien un sistema energético que responda a las necesidades de Puerto Rico, escribe Carlos A. Velázquez López
En el 2008, Puerto Rico tuvo una bifurcación en las vías: “Two roads diverged”, como dice el famoso poema de Robert Frost. Tuvimos la oportunidad de elegir entre un sistema eléctrico de futuro, que brinda democracia energética o quedarnos anclados en el sistema de quema de combustibles fósiles y generación centralizada. Desafortunadamente elegimos equivocadamente y la quiebra de la Autoridad de Energía Eléctrica y la catástrofe energética que vivimos después de los huracanes Irma y María son resultado de esas decisiones.
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