El desplome tecnológico-electoral de Iowa levanta nuevamente la duda sobre la necesidad de cambiar el sistema electoral isleño, escribe el exsenador Roberto Prats
El desplome tecnológico-electoral de Iowa levanta nuevamente la duda sobre la necesidad de cambiar el sistema electoral isleño, escribe el exsenador Roberto Prats
Cuando la tecnología le falla a la democracia perdemos todos. Los fallidos caucus demócratas en Iowa pusieron en abierto manifiesto la fiabilidad de la tecnología como espina dorsal de la infraestructura electoral. Pero la verdadera trascendencia del colapso de Iowa se debió a tecnología de un fallido “App” y teléfonos móviles congelados. Ante los ojos de los observadores de los procesos democráticos, Iowa fue una verdadera y colosal vergüenza.
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