

Los tiempos han cambiado súbitamente llevando a las instituciones educativas del mundo a una educación remota, híbrida o en línea. Tres interesantes conceptos que se integran y diferencian en procesos o modalidades de la educación a distancia.
La educación remota implica que los cursos totalmente presenciales se movieron a secciones cuasi presenciales, a través de sesiones sincrónicas (cada a cara) por medios electrónicos de videoconferencias, utilizando el sistema (portal) de manejo de contenidos (CMS) como repositorio para documentos, presentaciones, foros de discusión y entrega de los trabajos estudiantiles.
La educación híbrida implica unos cursos en combinación de modalidades con secciones cara a cara (ahora remotas) y secciones completamente en línea, que permiten algunos encuentros sincrónicos, por videoconferencia, o desarrollo de actividades en la distancia para la interacción de los estudiantes a través de foros de discusión como actividades de grupo, utilizando una variedad de herramientas del portal establecido por la institución.
La educación a distancia es una educación formal, completamente en línea, con base institucional, a través de la cual el estudiante, los materiales y el facilitador se encuentran separados en tiempo y espacios, con sesiones que interactúan por medios electrónicos a través de la plataforma designada por la institución. Estas interacciones pueden ser sincrónicas o asincrónicas.
Entonces, estas tres modalidades requieren las mejores prácticas educativas que permitan la retención estudiantil, el desarrollo de competencias, conocimientos, destrezas y habilidades de manera consistente, eficiente y en cumplimiento con las agencias acreditadoras y el logro de los objetivos y metas estudiantiles.
Las mejores prácticas
Tecnologías: El uso y manejo de una gran variedad de tecnologías y medios electrónicos, integra y requiere conocer múltiples herramientas de videoconferencias. Poder manejar en ellas el chat, la sala de grupos, la pizarra electrónica, los sondeos y presentaciones, tanto por el profesor como por los estudiantes. El manejo de portales educativos para interactuar con los contenidos, lecturas, videos, podcast, foros, blogs, tareas, examen y grade center, desarrollo de infografías, mensajería e imágenes. Para ello es imprescindible el acceso a estas tecnologías y al internet.
Comunicación: Antes, durante y después de cada clase. La comunicación continua y consistente entre estudiantes y el profesor es una de las estrategias más recomendadas para el éxito de la educación a distancia, indistintamente de la modalidad.
Antes de comenzar se envían mensajes de bienvenida, instrucciones para la primera sesión de videoconferencias y el modo de acceso. Las instrucciones deben ser claras, específicas y ejemplificadas con imágenes o infografías creadas por el profesor. La retroalimentación sobre los trabajos de los estudiantes es indispensable de manera oportuna y pertinente.
Interacciones: Los trabajos colaborativos, foros de discusión y sesiones sincrónicas con dinámicas o trabajos de grupo, enriquecen el proceso de enseñanza aprendizaje de manera activa. Estas requieren de investigaciones previas, debates o estudios de casos que permitan la búsqueda de nuevas maneras de resolver, crear e innovar con asuntos relacionados a la profesión o sociedad.
Contenidos: La preparación previa del docente y del estudiante dan una dinámica activa que permite diálogos socializados, toma de posturas, redacciones profundas, permitiendo diferir y respetando las posturas de otros. La relación de los contenidos actualizados y la profesión es indispensable para la práctica activa de los aprendices.
Práctica: La participación y las múltiples oportunidades de demostrar las competencias adquiridas permiten validar la meta académica y los objetivos del curso.
Preparación previa: El preparar los ambientes de trabajo para las clases, para los estudios, avisar a la familia y separar tiempo de estudio y planificación son esenciales para asegurar que los contenidos, trabajos o presentaciones cumplan con el rigor requerido y permitan el logro escalonado del desarrollo de competencias. Esto requiere de autogestión tanto del estudiante como del profesorado.
Motivación y flexibilidad: Mantener al grupo conectado, escribiendo, participando, asistiendo, implica interés y motivación. La motivación la logramos con solo hablarles de su futura profesión, de cómo lo que está haciendo es pertinente y se relaciona con lo que harán al graduarse. También de cómo es importante vivirlo y equivocarse ahora, en la sala de clases, para buscar juntos soluciones idóneas y pertinentes, para aprender a pensar, a criticar, a crear e innovar. Esa es la chispa que enciende la llama del saber. Ante esto, es importante ser flexibles, justos y, a la vez, mantener el rigor.
No importa la modalidad de estudios, el tema, la profesión o los estudiantes, la meta educativa universitaria es el logro de los sueños de nuestros estudiantes. Esa es la mayor satisfacción de nuestra profesión, es lo que llamo, mi lema… “Educar para transformar”.
La autora es catedrática auxiliar de la UAGM Recinto de Carolina.
Te invitamos a descargar cualquiera de estos navegadores para ver nuestras noticias: