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Vacunarse, ¿sí o no?

Los pacientes con diagnóstico de cáncer reciben un mayor beneficio de la vacuna contra el COVID-19

23 de febrero de 2021 - 9:55 AM

Nota de archivo
Esta historia fue publicada hace más de 3 años.
Los expertos de diversas entidades médicas concluyeron que los pacientes con diagnóstico de cáncer tienen mayor beneficio al recibir la vacuna contra el COVID-19. (Shutterstock)

Las vacunas han creado mucha controversia a través de los tiempos. Pero, no hay duda de que tienen un gran efecto en eliminar enfermedades mortales y crisis salubristas como las pandemias. Sin embargo, ¿qué decisión se debe tomar cuando se padece de alguna condición inmunosupresora como el cáncer?

Los pacientes con diagnóstico de cáncer tienen sus defensas disminuidas, tanto por la biología básica de su enfermedad como por el tipo de tratamiento que reciben. Más aún, quienes padecen de malignidades de la sangre ya tienen los glóbulos blancos disminuidos, que son la principal defensa ante cualquier infección. Muchas veces, estas defensas también bajan con algunas quimioterapias y tratamientos de mantenimiento. Nos preguntamos si la vacunación va a tener un efecto adverso en nuestro cuerpo y si podremos desarrollar una protección efectiva.

En general, los tipos de vacunas se pueden dividir en dos grandes grupos: las vacunas inactivadas y las vacunas de virus vivos atenuados. Estas últimas (sarampión, papera, rubéola y varicela activa, entre otras) deben de ser evitadas en los pacientes inmunosuprimidos hasta que sus defensas mejoren. Esto, debido a que el virus atenuado que se inocula puede tener un crecimiento descontrolado por el estado de inmunosupresión del paciente. Por otro lado, las vacunas inactivadas (hepatitis, neumococo, toxoide tetánico, toxoide diftérico, tos ferina, polio, zóster recombinante, influenza y COVID-19, entre otras) no contienen el virus vivo. Estas ayudan a que el paciente desarrolle anticuerpos para protegerse de ser infectado. En el caso de los pacientes inmunosuprimidos, no necesariamente van a poder desarrollar una respuesta celular fuerte para desarrollar anticuerpos que los protejan adecuadamente.

Considerando esta información, ¿qué debemos hacer? El mejor ejemplo lo estamos viviendo con la pandemia por el COVID-19. Las vacunas inactivadas no representan una amenaza para la salud de los pacientes con cáncer. Estar inmunosuprimido y recibir estas vacunas no significa que tendrán un efecto más severo porque no se inocula un virus vivo. Aunque no se sabe cuán fuerte va a ser la respuesta inmune, sí se espera desarrollar cierta cantidad de anticuerpos que ayuden a combatir la enfermedad y esto es mejor que entrar a una batalla sin defensas ante la exposición del virus.

Los expertos de diversas entidades, como la Sociedad de Enfermedades Infecciosas de América y la Sociedad Americana de Oncología Clínica, concluyeron que los pacientes con diagnóstico de cáncer tienen mayor beneficio al recibir la vacuna contra el COVID-19. En particular, a los pacientes en tratamiento activo se les recomiendan las vacunas de Pfizer y Moderna, por su mecanismo de acción tan único y seguro.

Exhortamos a todos a proteger a nuestros seres queridos, en especial, a los más vulnerables. Recuerden que es importante tener las vacunas al día y consultar con su oncólogo cuándo es el momento ideal de recibirlas en sincronía con sus tratamientos.

La autora es hematóloga oncóloga y directora del Centro de Infusión del Hospital del Centro Comprensivo de Cáncer UPT. Para información, llama al 787-936-1477, extensiones 5209 o 5213.

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Este contenido fue redactado y/o producido por el equipo de GFR Media.

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