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10 señales de alerta de diabetes que pueden aparecer en la piel

Su identificación facilita el diagnóstico temprano de diabetes y anticipar la aparición de complicaciones sistémicas

14 de noviembre de 2025 - 12:00 AM

Las manifestaciones cutáneas se presentan en aproximadamente un tercio de las personas con diabetes y suelen aparecer antes del diagnóstico. (Shutterstock)

El aumento de la glucosa en la sangre, como consecuencia de la diabetes mellitus, daña una amplia variedad de células, que incluye las células endoteliales en los vasos sanguíneos, las neuronas y las células renales, así como los queratinocitos y los fibroblastos de la piel.

Las manifestaciones cutáneas se presentan en aproximadamente un tercio de las personas con diabetes y suelen aparecer antes del diagnóstico, por lo que desempeñan un papel muy importante en la detección inicial de la enfermedad.

La diabetes mellitus puede provocar diversas alteraciones en la piel, muchas de las cuales pueden ser señales de alerta temprana de la enfermedad o de su mal control.

A continuación, se describen 10 manifestaciones cutáneas frecuentes y relevantes en pacientes diabéticos:

  1. Xerosis (piel seca): Es la alteración más común, presente en hasta el 47 % de los pacientes con diabetes tipo 2. Se asocia con picor y descamación. Una rutina de cuidado de la piel es esencial en el manejo de un paciente con diabetes. Humectar la piel con frecuencia y justo después del baño, es importante para fortalecer la barrera cutánea, aumentar la hidratación y disminuir o prevenir los síntomas de la piel seca. La piel seca también puede presentarse como escamas, grietas o textura áspera, sobre todo en los pies, y puede llevar a infecciones secundarias.
  2. Prurito (picor): Puede ser generalizado o localizado, y suele estar relacionado con la resequedad cutánea y neuropatía diabética. La piel se debe mantener humectada aplicando emolientes, cremas o lociones. Tu médico te puede recetar medicamentos tópicos como esteroides tópicos, pramoxina u otros antiinflamatorios tópicos. Los antihistamínicos orales pueden ayudar por su efecto de dar sueño, pero, si tu picor no mejora, puedes necesitar terapias orales avanzadas.
  3. Infecciones cutáneas: Los pacientes diabéticos tienen mayor riesgo de infecciones como candidiasis, hongos y celulitis. Las infecciones por hongos son las más comunes. El hongo cándida puede causar estomatitis angular (áreas blancas, con enrojecimiento y dolor en las comisuras de los labios), paroniquia (infección alrededor de la uña), e infecciones en la genitalia. Las tiñas son hongos que afectan a la piel, el cabello y las uñas. El hongo de las uñas del pie (onicomicosis) es muy común. Un paciente diabético con piel seca y picor que se rasca mucho está a mayor riesgo de desarrollar infecciones cutáneas. Mantener un buen control glicémico es fundamental para prevenir o tratar las infecciones. Lavar y desinfectar cortaduras y heridas inmediatamente con agua y jabón es crítico. Es crucial buscar atención médica para el diagnóstico y tratamiento adecuado, especialmente ante cualquier signo de infección.
  4. Manchas marrones en las piernas (dermopatía diabética): Son lesiones hiperpigmentadas, redondeadas, que suelen aparecer en la parte anterior de las piernas. Se consideran un marcador de complicaciones microvasculares y, en algunos casos, podrían indicar un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular. No causan dolor, picazón ni sangrado y, aunque no necesitan tratamiento, la crema hidratante puede mejorar su apariencia.
  5. Acantosis nigricans: Es el engrosamiento y oscurecimiento de la piel, especialmente en pliegues como el cuello, las axilas y entrepiernas, asociado a la resistencia a la insulina.
  6. Acrocordones (pólipos fibroepiteliales): Son pequeñas protuberancias blandas en la piel, frecuentes en el cuello, las axilas y los párpados o cualquier área de fricción de la piel, relacionadas con la resistencia a la insulina.
  7. Necrobiosis lipoídica: Se presenta como placas elevadas y endurecidas, con un centro amarillento y atrófico, rodeado por un borde más rojizo oscuro, generalmente en la parte anterior de las piernas (área pretibial), que pueden ulcerarse. Las lesiones suelen ser indoloras, pero pueden volverse dolorosas si se lesionan, ya que las lesiones pueden ulcerarse y no cicatrizar correctamente. Un buen control de la azúcar puede ayudar a frenar la progresión de las lesiones. Dejar de fumar puede ayudar, ya que el fumar puede retrasar la cicatrización de la piel.
  8. Granuloma anular: Son lesiones anulares, elevadas y de color rojizo o marrón, más frecuentes en el dorso de manos, pies, antebrazos y codos, aunque pueden aparecer en otras partes del cuerpo. La duración de las lesiones es crónica y variable. Pueden desaparecer por sí solas en un periodo de meses a años, pero pueden reaparecer. El tratamiento incluye cremas con corticosteroides, inyecciones, crioterapia, fototerapia y medicamentos orales, especialmente si las lesiones son persistentes o generalizadas.
  9. Escleredema diabética: Es el engrosamiento y endurecimiento de la piel, especialmente en la parte superior de la espalda y cuello. La piel se vuelve gruesa, dura y pierde elasticidad. El diagnóstico está basado en los síntomas y en la palpación de la piel endurecida, que podría afectar la movilidad.
  10. Mano diabética: Es la limitación de la movilidad de los dedos y engrosamiento de la piel de las manos, asociadas a la larga evolución de la diabetes.

Otras manifestaciones relevantes incluyen: enrojecimiento facial, queratosis pilaris, lipodistrofias en sitios de inyección de la insulina y úlceras crónicas en pies, entre otras.

La presencia de estas alteraciones cutáneas debe motivar la búsqueda activa de diabetes y la optimización del control glicémico, ya que muchas de ellas se relacionan con complicaciones microvasculares y metabólicas.

Un dermatólogo debe ser parte del equipo interdisciplinario de un paciente con diabetes.

La autora es dermatóloga acreditada por la Academia Americana de Dermatología, forma parte de la Facultad Médica del Hospital Auxilio San Pablo y del Hospital Universitario Ramón Ruiz Arnau en Bayamón. Es catedrática auxiliar del Departamento de Medicina de la Universidad Central del Caribe School of Medicine y catedrática auxiliar ad honorem de la Escuela de Medicina del Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico, Departamento de Dermatología. Trabaja en su oficina privada DLT Dermatology en Bayamón.

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Este contenido fue redactado y/o producido por el equipo de Suplementos de GFR Media.

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