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Identifica las claves para evitar las complicaciones de la diabetes

Expertos en el control y manejo de la condición brindan sus consejos

22 de noviembre de 2022 - 9:57 AM

Nota de archivo
Esta historia fue publicada hace más de 2 años.
El cuidado preventivo es vital para detectar y tratar los problemas antes de que ocurran o empeoren. (Shutterstock)

Los niveles elevados de azúcar en la sangre contribuyen a la inflamación y al envejecimiento prematuro de las células en los diferentes tejidos del cuerpo, causando complicaciones crónicas de la diabetes. Generalmente, no surgen de improviso, sino que tardan años en que se presenten los síntomas.

De hecho, aunque en la prevalencia pueden variar, las complicaciones crónicas de la diabetes afectan por igual al hombre y a la mujer. Por eso, el cuidado preventivo es vital para detectar y tratar los problemas antes de que ocurran o empeoren. A continuación, especialistas en diabetes orientan sobre estas complicaciones y cómo prevenirlas:

Daño o insuficiencia renal

“La razón número uno de desarrollo de falla renal crónica es la diabetes, sino controlamos la condición ocurre la enfermedad renal y sigue en aumento hasta que la función renal llega por debajo del 10 % y es cuando el paciente usualmente requiere diálisis”, explicó el nefrólogo intervencional César Hernández.

Según el doctor Hernández, lo importante es controlar la diabetes, ya que ayuda a detener el daño renal asociado para que esa progresión sea mucho más lenta o para que no lleguen a desarrollar fallo renal. “Cuando el azúcar está descontrolada y los niveles en la sangre están elevados se dañan las proteínas del cuerpo y, al dañarse, no ejercen su función”, informó. Por tanto, los filtros que tiene el riñón no pueden colar efectivamente las toxinas y productos normales del metabolismo para eliminarlos en la orina”, añadió.

Hoy día, existen medicamentos para desacelerar la progresión de la enfermedad renal y proteger el riñón. Sin embargo, la mejor opción es la prevención con el monitoreo constante de la condición de diabetes, dieta balanceada y actividad física. La enfermedad renal no tiene síntomas y cuando los presenta es porque los niveles de toxinas en la sangre llegan a un nivel elevado. Entre estos, Hernández destacó los siguientes:

  • Cansancio y debilidad
  • Náuseas o vómitos
  • Sabor metálico en la boca
  • Desorientación
  • Afecta el nivel adecuado de calcio en el cuerpo

Pérdida de visión o ceguera

“Los pacientes con diabetes mellitus están a riesgo de desarrollar múltiples complicaciones oculares dentro de las cuales se encuentran las cataratas, la parálisis de los nervios encargados de los movimientos oculares y la retinopatía diabética, siendo esta última, la mayor causa de ceguera en personas de edad reproductiva en Estados Unidos”, explicó el catedrático asociado y director del Departamento de Oftalmología de la Escuela de Medicina de la Universidad de Puerto Rico, doctor Armando Oliver.

Según Oliver, a mayor duración y descontrol de la diabetes, mayor es el riesgo de desarrollar retinopatía diabética. “Sin embargo, como muchas personas con diabetes mellitus tipo 2 son diagnosticadas tardíamente, es probable que la retinopatía ya esté presente al momento que se determine la presencia de la diabetes”, añadió.

El tratamiento de la retinopatía diabética consiste en mejorar el control de la diabetes y, en casos más severos, inyecciones intraoculares de esteroides o la aplicación de rayos láser a la retina, entre otros.

En sus etapas tempranas, la retinopatía diabética puede ser asintomática. Por tanto, todo paciente con diabetes mellitus debe asistir al oftalmólogo para un examen de la retina, al menos, una vez al año. “El tratamiento temprano de la retinopatía diabética podría ayudar al paciente a mantener una buena visión, recuperar gran parte de la visión perdida y, ciertamente, a evitar que el paciente sufra una pérdida de visión severa”, puntualizó el subespecialista en inmunología ocular, uveítis y en las enfermedades y cirugías de la retina.

Manejo de úlceras

El paciente diabético es más propenso a las úlceras en los pies, lo que se conoce como pie diabético, porque tiene una disminución del flujo sanguíneo hacia los pies. “La persona con diabetes, por su condición, tiene problemas microvasculares, entonces, de la mitad del pie hacia al frente es donde más pequeños son los vasos sanguíneos y estos tienden a obstruirse. La obstrucción no necesariamente tiene que ser por un coágulo, es porque se calcifican y ahí viene el problema de disminución de flujo”, explicó el doctor Renier González, especialista en cuidado de vida y en pie diabético.

Lamentablemente, la mayoría de los pacientes no se dan cuenta de que tienen úlceras en los pies hasta que notan un manchado en sus medias, porque, como no tienen sensibilidad, no se dan cuenta. Mi recomendación a todo paciente diabético es que todos los días, antes de bañarse, se revisen los pies; pueden hacerlo frente a un espejo”, sugirió González. De esta manera, el paciente puede identificar cualquier cambio, entre estos: áreas más rojizas o blanquecinas de lo normal de la piel o áreas que se tornen sumamente oscuras, que son indicios de que algo no está bien y puede finalizar en una úlcera”, informó el especialista.

El paciente que tenga una úlcera plantar tiene que ir donde un especialista en úlceras, incluso un especialista en pie diabético. El primer paso, explicó González, es una prueba de sensibilidad, y pruebas arteriales y venosas. Entre las recomendaciones preventivas destacó:

  • Tener el azúcar lo más controlada posible.
  • Evaluarse todos los días.
  • Utilizar zapatos adecuados con media pulgada de espacio entre la punta del dedo y el zapato.
  • Evitar caminar largas distancias o intercalar con períodos de descanso para no crear fricción entre el pie y el zapato.

El paciente con diabetes debe evaluarse una vez al año; el paciente con pérdida de sensibilidad cada tres a seis meses y el paciente con deformidad y pérdida de sensibilidad cada tres meses. Pero, si observa cualquier cambio en sus pies, debe ir de inmediato a un especialista”, aconsejó.

Problemas dentales

En el paciente con diabetes aumenta el riesgo hasta cinco veces más de desarrollar enfermedad de las encías o periodontal. La diabetes no controlada o no diagnosticada, donde el paciente no sigue un tratamiento, trae consecuencias nefastas para su salud sistémica y también para su salud oral”, informó la catedrática de la Escuela de Medicina Dental de la Universidad de Puerto Rico, doctora Elba Díaz Toro.

Díaz Toro explicó que, mientras menor sea el control del paciente en los niveles de azúcar en la sangre, mayor pérdida de adherencia de la encía al diente y del hueso alrededor del diente, además de interrumpir el sanado natural de los tejidos en la boca y la regeneración del hueso.

Las señales orales de diabetes no controlada pueden incluir: sensación de ardor en la boca, cicatrización de heridas deficiente, sabor metálico, aumento de la incidencia y gravedad en las infecciones. Díaz recomendó las citas dentales mañaneras, que no coincidan con la actividad máxima de insulina. De igual forma, calificó como indispensable un referido del médico para el manejo integral de las enfermedades.

Enfermedad cardíaca y de los vasos sanguíneos

Entre los riesgos cardiovasculares, el director de Impacto Comunitario en American Heart Association, Eduardo Lamadrid, mencionó que las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de muerte para las personas con diabetes y que estas tienen dos veces más probabilidades de desarrollar e, incluso, de morir de enfermedades cardiovasculares. “La diabetes puede dañar los vasos sanguíneos y los nervios que controlan el corazón y la circulación en general”, aseveró.

Manejo de insulina

Acorde con la endocrinóloga Leticia Hernández, la diabetes mellitus se caracteriza por la incapacidad del cuerpo de utilizar la glucosa o azúcar de los alimentos como fuente de energía. “Para este proceso, necesitamos que nuestro cuerpo produzca insulina y que los tejidos de nuestro cuerpo respondan de forma adecuada a esta insulina”, informó.

La diabetes mellitus tipo 1 ocurre por un ataque autoinmune al páncreas que afecta la capacidad de producir insulina de este órgano. Las personas que viven con diabetes tipo 1 dependen de recibir insulina. Mientras que, la diabetes mellitus tipo 2 se caracteriza por la resistencia a la insulina y otros defectos en el metabolismo de glucosa en el cuerpo.

El paciente debe conocer cómo trabajan sus insulinas, sus picos de acción (cuando están más activas) para saber cuándo inyectarlas con respecto a sus comidas. Esto evita que desarrollen niveles muy altos o bajos de glucosa en la sangre. Los niveles altos de glucosa a corto plazo pueden provocar visión borrosa, sueño, orina y sed excesiva. Además, afectan la respuesta inmune del paciente, quien será más susceptible a infecciones del tracto urinario, en la piel y en las uñas.

La educación sobre el automanejo de la diabetes mellitus es esencial. “Es importante que, si vives con diabetes mellitus, seas orientado por tu médico y educador en diabetes sobre tus insulinas, cómo funcionan, cuándo inyectarlas y sobre cómo ajustar tus dosis para mantener un buen control de tu condición. Aclara con tu médico cualquier duda sobre tu tratamiento. Esto evitará complicaciones a corto y a largo plazo relacionadas a la diabetes mellitus y ayudará a mantener tu calidad de vida”, instó la especialista en diabetes y metabolismo.

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Este contenido fue redactado y/o producido por el equipo de Suplementos de GFR Media.

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