


En tiempos donde los estudiantes tienen muchas responsabilidades al mismo tiempo, es crucial alcanzar el balance que les ayude a funcionar adecuadamente, tanto en el área académica y laboral como en su bienestar mental.
El doctor Alvin Báez, director del Centro de Consejería Profesional de la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico (PUCPR), establece la importancia de que el estudiante universitario pueda ocuparse a diario de su bienestar mental e integral.
“El bienestar emocional es el que nos permite ser funcionales en todas nuestras áreas, sobre todo en tiempos donde tenemos tantos estudiantes con múltiples roles. La generación actual, muchos trabajan part-time, tienen familias, estudian y más que nunca es valioso velar por esa salud mental y esa salud emocional, porque el bienestar integral no es un lujo, es un elemento importante para tener éxito”, expresó el doctor Báez.
Lograr ese balance no es sencillo, requiere de varios aspectos a trabajar y, según el consejero profesional, el primero de ellos es poder “identificar cuáles son los detonantes y los estresores que confrontan día a día”.
Una vez que el estudiante puede identificar esas situaciones o áreas que lo pueden desestabilizar, entonces hay unos pasos que debe adoptar en su vida.
“El estudiante debe comenzar por saber establecer límites; ese es el primer elemento para poder mantener estabilizada esa dimensión emocional”, aseguró.
Los límites los imponemos nosotros porque nos conocemos y sabemos hasta dónde podemos llegar. Por eso se vuelve imprescindible establecer prioridades.
“Ser comprometido no significa que tenemos que estar cediendo todo el tiempo ante nuevas exigencias, nuevas expectativas, nuevos proyectos, nuevas actividades. Hay que priorizar y aprender a poner límites cuando sabemos que no podemos seguir cargándonos. Tenemos que saber cuándo nuestro tiempo está comprometido de forma tal que podamos ser funcionales y no nos afecte”, advirtió el director.
En términos académicos, para lograr establecer esas prioridades es fundamental utilizar la herramienta de la organización, de modo que la carga académica se pueda distribuir de la mejor manera posible.
“Lo recomendable es que, semanalmente, el estudiante coloque en su agenda cómo va a transcurrir esa semana porque cada semana es diferente. Tengo que contemplar la carga de cada semana”, aconsejó.
Dentro de esa agenda, el consejero destacó que debe haber un tiempo para el descanso, el cual no es negociable y tiene mucho que ver con el éxito de nuestras metas académicas, profesionales, pero también con nuestro bienestar mental y salud física.
“El descanso es importante porque es el que nos ayuda a consolidar el aprendizaje, permite que se renueve el sistema neuronal y que nuestro sistema en todas sus dimensiones, tanto cognitiva, afectiva como conductual, esté funcional al otro día. Por lo tanto, el tiempo de descanso no se puede sacrificar”, recalcó Báez.
El consejero recomendó identificar cuánto tiempo necesita dormir, ya que cada individuo es diferente y todos tenemos necesidades diversas, y así ocurre con el periodo de descanso; unos necesitan dormir más y otros menos.
“Algunos necesitan siete horas, otros ocho y otros con seis es suficiente para poder sentirse funcional al otro día. Lo importante es que una vez identifiques cuál es tu necesidad, debes programar tu horario y rutina del día y de la semana respetando ese tiempo de descanso”.
Esto del descanso puede ser complejo para aquellos que trabajan y estudian o quienes prefieren dedicar largos periodos de estudios en horas de la madrugada.
“Se creen que es bueno estudiar hasta las 3:00 y 4:00 de la mañana para luego levantarse a las 6:00 a.m. porque estudiar más tiempo es mejor, pero el efecto termina siendo nocivo. La calidad del estudio no tiene que ver con el tiempo, tiene que ver con cómo lo afrontas, cómo lo manejas”, comentó el experto, quien mencionó una técnica para trabajar este aspecto.
“La técnica de Pomodoro permite que el estudiante pueda identificar un tiempo razonable de entre 30 minutos a una hora de estudio intenso y se toma un descanso de 5 a 10 minutos para despejar la mente. Es como hacer un reset de la mente para que cuando vuelva de nuevo el otro bloque de tiempo, estés más atento y alerta”, recomendó el director.

Toma nota de cinco estrategias que te ayudarán a promover tu bienestar integral:
1. Alimentación
Debe ser nutritiva. No es solo que comas, porque comer es una cosa y alimentarse es otra. Si entiendes que tienes los nutrientes suficientes, probablemente tu energía y tu estado de ánimo sean mucho mejores.
2. Hidratación
Tomar suficiente agua ayuda al proceso de la sinapsis y todo el proceso neuronal. Si estás deshidratado, te cansas más rápido, te dan dolores, tienes fatiga mental y física y se comienza a afectar tu concentración.
3. Actividad física
Muchas de las tensiones se ven reflejadas en los músculos, por eso tenemos calambres y dolores de la espalda y del cuello que entorpecen al momento de estudiar y de trabajar. Hacer actividad física 30 minutos sostenidos es crucial para que ese músculo bote la tensión porque esa actividad física tiene un impacto directo en tu capacidad cognitiva.
4. Higiene del sueño
Debes identificar a qué hora se debe acostar y eso depende de a qué hora se tiene que levantar. Lo recomendable es que, si te tienes que levantar a cierta hora, cuentes para atrás las horas de descanso que necesitas para ser funcional, y esas horas mínimas necesarias deben ser respetadas.
5. Buscar el apoyo social
Es necesario que busques esas relaciones de familia y amigos para compartir, hablar y ventilar porque eso reduce significativamente la carga emocional que pudieras experimentar a veces.
6. Tiempo de disfrute
Semanalmente, sacar el tiempo en tu agenda para el disfrute porque no todo son responsabilidades, trabajo, exámenes. Ese tiempo de desconexión te permite ser más funcional, aprender mejor y tener éxito en lo que estás haciendo.
Es un tiempo esencial para hacer algo que te guste: escuchar música, tocar algún instrumento, cantar, bailar, leer, pasatiempo, cocinar, regar las plantas, ir a la playa o al cine, practicar técnicas de relajación o respiración y tener tiempo para reflexionar y tranquilizarte.
La autora es periodista colaboradora de Suplementos.
Para más información, comunícate con el Centro de Consejería Profesional de la Universidad Católica, llamando al 787-841-2000, extensión 1474.

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