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Huracanes
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Hay que prepararse para sobrevivir

Cuando lo haces tienes más tranquilidad y te permitirá contar con lo necesario en las etapas iniciales de un evento fortuito

17 de septiembre de 2020 - 4:00 AM

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Actualizado el 18 de septiembre de 2020 - 4:06 PM

Nota de archivo
Esta historia fue publicada hace más de 4 años.
Para estar listo es necesario organizarse. (Shutterstock)

Cada año, antes del inicio de la temporada de huracanes, escuchamos el mensaje hasta la saciedad: tenemos que prepararnos. Sin embargo, muchas veces, no seguimos este consejo hasta que ya tenemos alguna emergencia encima y, en lugar de ser proactivos, reaccionamos a la situación como podemos y con los recursos, muchas veces limitados, que se pueden conseguir al momento. En ocasiones, llegamos a planificar, pero nunca ejecutamos ese plan de acción. Estas situaciones, aunque reales, no son las ideales.

La historia está ahí para tomar nota y, para muestra, el año 2020, pues aquí se han puesto a prueba varios escenarios en los que la planificación y la preparación son esenciales. Estos incluyen desde las situaciones que se siguen acarreando desde el paso del huracán María, hasta los terremotos del área sur de la isla y una pandemia ocasionada por una nueva enfermedad, el COVID-19, que ha venido a trastocar la vida de todos, sin importar el nivel socioeconómico o las creencias religiosas o políticas. El mensaje es claro: “hay que poner la planificación en acción”.

Así lo afirmó Benjamín Nieves, especialista y consultor en manejo de emergencias y seguridad nacional, y presidente de la compañía Industrial Security Products, Inc. (ISP), en Bayamón, quien agregó que ser un preparacionista o prepper es, más que prepararse para sobrellevar un evento catastrófico de cualquier índole, un estilo de vida.

El preparacionista: más allá de lo radical

De acuerdo con el informe “Preparacionistas modernos: perspectiva y estrategias del consumidor”, de la firma de análisis de tendencias mundiales WGSN, “el estilo de vida preparacionista, antes percibido como radical, está infiltrándose en el ámbito popular a medida que se acentúa el riesgo de que ocurran desastres naturales y que se va asentando la nueva realidad como consecuencia de la pandemia”.

En este artículo se menciona que los preparacionistas modernos se alistan para lo que el profesor Nassim Taleb, de la Universidad de Nueva York, llama un “evento cisne negro”: una situación extraordinaria donde una serie de eventos inesperados trastornen los sistemas sociales y causen un gran daño económico.

Si te parece que es algo similar a lo que estamos viviendo, ¡estás en lo correcto! De hecho, según WGSN, la vulnerabilidad ante sucesos como el COVID-19 ha incrementado la conciencia del consumidor que, de acuerdo con Google Trends, ha aumentado aún más su búsqueda del término prepping (“preparacionismo”) desde marzo de este año.

“El prepper se educa para que, justamente, cuando ocurra un evento, pueda sobrevivir. Yo diría que la diferencia entre el prepper y el que no se prepara es que el prepper no tiene que aprender a sobrevivir porque ya ese es su estilo de vida”, afirmó Nieves, quien, a través de su compañía, prepara y certifica a profesionales de manejo de emergencia, realiza planes de emergencia y continuidad para compañías, vende productos relacionados y ofrece charlas educativas gratuitas al público en general, llamadas Preparación 365, sobre el tema del preparacionismo en temas como huracanes, terremotos, pandemias y otros.

Aunque antes se veía este nicho como muy poco accesible, la realidad es que, como señaló Nieves, cada vez más personas se están educando sobre este estilo de vida y tomando acciones que les permitan estar preparadas ante eventos de gran magnitud naturales o causados por el hombre.

“La disciplina de ser preparacionista proviene de los años cincuenta y de la Guerra Fría, cuando vivíamos ante la amenaza de un ataque nuclear y lo vas a ver también en la Segunda Guerra Mundial”, destacó Nieves, al recordar que, en esa época, también surgieron las llamadas defensas civiles, compuestas por personas que tenían a su cargo la protección de la comunidad en caso de un ataque nuclear u otras situaciones catastróficas. De ahí en adelante, la disciplina se ha ido desarrollando y, aunque las personas más escépticas puedan dudar de la necesidad de prepararse ante un evento con tal seriedad y rigurosidad, la realidad es la experiencia de quienes son preparacionistas ha probado ser positiva, argumentó Nieves, quien, durante los años previos al huracán María ya había ofrecido sus seminarios de preparación familiar a más de 18,000 personas.

“Estas personas no son histéricas; al contrario, te diría que son personas muy conscientes (sobre todo lo relacionado con la prevención, la protección y la preparación). Son personas que están claras de que están ocurriendo unas situaciones en el mundo entero y que tienen que ser proactivas”, resaltó. Agregó que la lección aprendida en la isla, sobre todo después del paso del huracán María, ha sido que es imperativo prepararse para el peor de los días, priorizando esta preparación para el bienestar de la familia.

“El prepper no es un fanático. Es una persona que está clara y que tiene unas prioridades en las que decide entre gastar el dinero en algo vano o invertirlo en algo que le va a dar vida a su familia”, enfatizó el también profesor universitario y consultor, al destacar que ese es el mensaje que tienen los preparacionistas para el mundo entero.

“Se trata de cómo podemos sentirnos más seguros ante la incertidumbre que provoca una emergencia, ya que, independientemente de las cosas que puedan ocurrir, hay una realidad. Tenemos un cambio climático que se nos presenta todos los días; vemos cómo los glaciares se derriten, cómo aumentan las temperaturas y cada año tenemos más huracanes”, mencionó como ejemplo, al resaltar que acciones tan sencillas como analizar la situación familiar, y contar con mochilas de emergencia en la casa, el auto y el trabajo, pueden hacer la diferencia.

“En la disciplina del prepper tú te preparas para lo peor, esperando lo mejor; pero nosotros siempre pensamos en el peor de los escenarios y la ventaja es que, cada vez que ocurre un incidente, siempre nos da la razón: las personas que no se preparan y no se educan sobre el tema de la preparación van a sufrir”, expresó, Nieves, al destacar que el preparacionista no solo aprende a hacer su plan de emergencia familiar y a que todos los miembros de su familia lo conozcan, sino que también aprende cosas sencillas que van desde cómo obtener y filtrar agua en una emergencia, hasta cómo almacenar comida por largos períodos.

“A veces son cosas tan básicas como esas”, dijo.

A diferencia de la noción general, de que el preparacionismo implica incurrir en grandes gastos, Nieves reafirmó que, mediante el preparacionismo como estilo de vida, la persona se prepara cuando, por ejemplo, va al supermercado y compra la comida que necesita, pero también se lleva agua adicional o, en lugar de comprar una pizza, prefiere comprar algo que le dure más tiempo.

“El prepper, por ejemplo, mira las fechas de expiración y hace un inventario de la alacena. Esto no cuesta dinero; es cuestión de estar pendiente”, describió, al informar sobre algunas de las acciones puntuales que permiten entrar en la mentalidad preparacionista.

“No se trata de que salgas a comprar cosas a lo loco”, sino de que inicies el proceso poco a poco y planificando antes lo que necesitas adquirir", enfatizó.

Ese es, precisamente, el primer gran paso: planificarlo todo.

Primero, explicó Nieves, debes conocer tu entorno para identificar los riesgos a los que estás expuesto, dónde está localizada tu residencia, si está en un área de tsunami o en un área inundable; cuáles son los ríos que la rodean y dónde queda el refugio más cercano.

"Todo plan de emergencia comienza reconociendo los riesgos a los cuales pudieses estar expuesto. Una vez se reconocen los riesgos, entonces se establecen las prioridades a las cuales les dedicarás más tiempo “de planificación” para mitigar los posibles daños, destacó Nieves. Estas incluyen desde conocer cuál es el refugio más cercano, hasta tener listas las mochilas de emergencia que te permitirán sobrevivir fuera de tu casa por dos o tres días.

Por supuesto, esas mochilas deben tener los elementos básicos que incluyen: alimentos, agua, equipo de primeros auxilios y de higiene, y lo que necesites para cubrir situaciones especiales, como puede ser mantener la insulina, si tienes diabetes. Las mochilas deben tener las cosas que necesites para estabilizarte tanto física como mentalmente.

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Este contenido fue redactado y/o producido por el equipo de GFR Media.

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